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Censo 2020: el Coronavirus aumenta el riesgo de los latinos de no ser contados

From left to right: Dr. Lila Valencia (Texas Demographic Center), Ray Shackelford (Houston Area Urban League), Chris Valdez (Houston in Action)

El coronavirus está contribuyendo al subconteo de comunidades históricamente marginadas en Texas. ¿Qué están haciendo las organizaciones de base para promover el Censo?

Also available in English.

Por: Jenny Manrique, ETHNIC MEDIA SERVICES

DALLAS — La pandemia del Coronavirus ha dejado a los organizadores comunitarios sin una de sus herramientas más preciadas para promover el censo entre los latinos: la campaña puerta a puerta.

Por eso vienen desarrollando estrategias, más allá de las digitales, para que las minorías respondan el cuestionario del censo 2020, un paso vital para recibir recursos del estado de Texas en los próximos 10 años.

“Hemos instalado altavoces en nuestros carros y grandes letreros de plástico para ir por los barrios y decirle a la gente que responda el censo”, contó Juanita Valdez, directora ejecutiva de La Unión del Pueblo Entero (LUPE) durante una conferencia de prensa vía Zoom, organizada por Ethnic Media Services sobre el estado del Censo en Texas.

LUPE es una organización con sede en el Valle del Río Grande que trabaja en cuatro condados en la frontera con México donde viven 2,000 familias inmigrantes. La mayoría son trabajadores del campo, considerados esenciales en esta pandemia.. “Hemos vivido las consecuencias de la subestimación de este grupo demográfico desde el censo pasado (2010)… seguir en el subconteo continuará reduciendo nuestros recursos, las escuelas seguirán sin fondos y las carreteras seguirán deterioradas”, dijo Valdez.

Esta zona también tiene el mayor número de colonias con comunidades no incorporadas, es decir aquellas que ocupan terrenos donde no hay gobierno municipal local. Muchas de estas colonias carecen de alumbrado público, una infraestructura propia de alcantarillado y acceso a internet. “Usamos Facebook, Whatsapp y Messenger pero solo con los organizadores, que a su vez están entrenando a los vecinos líderes para que cuenten al menos a 10 familias en sus vecindarios”, agregó Valdez.

La estrategia original de llenar cuestionarios del censo después de un servicio religioso o tras bazares o conciertos, ha sido reemplazada por una intensa campaña en medios étnicos, maratones telefónicas, mensajes de texto, recorridos virtuales por comunidades, y hasta concursos.

“Hicimos un concurso con dos colegios del Distrito Independiente de El Paso, con un premio de $1,000 para el colegio que llenara el mayor número de cuestionarios y logramos 130”, contó Paulina López de la organización YWCA de El Paso.

Esa estrategia busca superar las barreras de desconfianza sobre el censo que en comunidades latinas supone entregar información al gobierno. “Todavía hay miedo en las poblaciones que están en las sombras por la pandemia, pero también lo estaban antes de la pandemia”, agregó Sylvia Acosta, directora ejecutiva de esa organización. “Un hecho que resaltamos siempre es que un niño que nazca ahora y no sea tomado en cuenta por el Censo, no recibirá recursos durante sus primeros 10 años”, añadió.

En el sur de Texas, donde más del 60% de la población no tiene acceso a internet, organizaciones como Laredo AHEC (Area Health Education Center) distribuyen volantes sobre el censo en lugares como el banco de alimentos y los distritos escolares que siguen entregando almuerzo para los niños.

“Estamos llegando a 35 condados en el área por medio de todas las plataformas disponibles”, dijo Julie Bazán, directora ejecutiva de esa organización. “Algunas iglesias nos han permitido incluir mensajes en sus páginas de Facebook para sus congregaciones… y hemos alentado a los estudiantes universitarios que están en casa a crear video “selfies” promoviendo la importancia del conteo”.

La Oficina del censo ha postergado su fase de auto-respuesta vía online, telefónica o por correo, del 31 de julio al 31 de octubre y prevé que los encuestadores podrán volver a los barrios en agosto, de acuerdo a la evolución del COVID-19.

Redistribución de distritos

Según un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad George Washington, Texas recibe un poco más de $400,000 millones en fondos federales al año, gracias a los números obtenidos en el censo de 2010. Este dinero financia un total de 16 programas federales: desde Medicaid hasta CHIP, pasando por becas para educación y programas de cuidado tutelar y vivienda. Además define el número de sillas en el congreso, votos electorales e información para la redistribución de los distritos.

“Cuantas más personas contemos en el terreno, será más probable que haya un representante para esa región elegido por esa comunidad que se siente a hablar sobre sus temas”, dijo Nina Perales, vicepresidente de litigios para el Fondo Mexicano de Defensa legal y Educación (MALDEF), al explicar lo que está juego en términos de redibujar los mapas políticos del estado con la información del Censo 2020.

La redistribución de distritos se realiza cada 10 años para definir los escaños en la Cámara de Representantes o en la junta estatal de educación, para dar un ejemplo local. Pero los tiempos de entrega de los datos finales frente a las fechas de sesión de la legislatura de Texas son más complicados durante la pandemia.

“En Texas siempre hay un periodo de tiempo muy corto para adoptar un plan de redistribución de distritos (los datos llegan en diciembre y la legislatura comienza en enero), y los tribunales han encontrado que esto contribuye a la discriminación de los votantes latinos”, dijo Perales. “Si el censo convence al Congreso de extender estos plazos debido a la pandemia, será todavía más caótico… es posible que presionemos para que haya una sesión en el verano”.
El resultado discriminatorio tambiénse sustenta en que las tasas de respuesta al censo siempre son más bajas en las poblaciones de color. De acuerdo a datos compartidos por Lila Valencia, demógrafa principal del Centro Demográfico de Texas en Houston, desde el 2010 los hispanos han contribuido en un 53% al crecimiento total de la población. Del total de los habitantes de Texas menores de 18 años, solo el 30% esa población es blanca no hispana. Pero esa presencia en números, no se traduce necesariamente en mayor representación política.

“Los latinos tienen las tasas de desempleo más altas, la brecha más alta en salarios cuando los comparamos con sus contrapartes anglos, la mayor pobreza y la mayor carencia de seguridad social”, dijo Valencia.

Hasta el momento, el 54.3% de los hogares tejanos ha completado el censo de manera virtual -un número alentador en términos de autorespuesta- pero las comunidades tradicionalmente difíciles de contar están sub representadas en esa estadística. Segun Katie Martin Lightfoot, coordinadora de participación en el censo para el Centro de Prioridades de Políticas Públicas en Austin, en los diversos distritos del Sur y el Oeste de Texas, donde vive el 25% de los texanos, el subconteo es rampante.

“Si en el estado de Texas fallamos en contar tan solo el 1% de población, perderemos 300 millones de dólares por año en la próxima década”, dijo Lightfoot. Incluso en tiempos de coronavirus, los programas de asistencia laboral, servicios de discapacidad y los cheques de estímulo impulsados por el gobierno federal, llegan a las familias trabajadoras con base a datos del censo. “Es muy importante asegurarnos que todos cuenten”, concluyó.

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