Por Gabriel Martinez | Radio Indigena
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Transcripción:
Música de fondo:
“Árboles de la barranca/
¿Por qué no han enverdecido?/
Es que no los han regado/
Con agua del Río Florido/
Me puse a amar a una mujer/
Con la ilusión de amar”
Árboles en la barranca y en los cerros son los sueños de Ricardo Ortiz. Por iniciativa propia, ha plantado seis árboles sobre y alrededor de los cerros del Observatorio Griffith, ante la vista panorámica de los rascacielos del centro de Los Ángeles. En una mañana del mes de marzo, después de aclarar el cielo por la lluvia, Ortíz emprendió el camino para visitar sus árboles plantados. Ya tenía el presentimiento que el framboyán y la lluvia de oro se habían secado. Sudoroso y cansado llegó para encontrar la raíz seca. “Ya no está vivo. ya está seco. Ya se pudrió. Seria realmente un milagro que la raíz estuviera verde. Vamos a escarbarle tantito y quitarle la hierba por si tuviera la posibilidad de retoñar.”
Un total de cinco arbolitos plantados se secaron. El único que logró sobrevivir es el cuajinicuil que luce radiante elevándose como dos pies sobre la tierra. Es la primera vez que Ortiz lo visita desde hace seis meses y el encuentro es emocionante.
Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles concluyeron que enverdecer la ciudad angelina, además de causar júbilo podría agregar casi un millón de años de vida a sus habitantes. Esto significa un promedio de 4 meses de extensión de vida por cada persona. Por otra parte, ambos el gobierno estatal y federal asignaron 100 mil millones de dólares de las cuales Los Ángeles podría recibir diez mil millones beneficiando a comunidades marginados. Los retos son, sin embargo: ¿Quién los plantará, qué tipo de árboles y dónde?
El Río de Los Ángeles cuenta con 51 millas de longitud, ¿es el espacio adecuado para reforestar? ¿podría servir como fuente de vida para múltiples ecosistemas y prolongar la vida humana?
Jon Christensen, Profesor Asistente en el Instituto del medio ambiente y sustentabilidad de la Universidad de California, Los Ángeles resume la primera encuesta multilingüe sobre el río realizado en 2022: “La conclusión es que los angelinos son muy conscientes del estado del río y sus desafíos, como un canal de concreto a menudo sucio, donde viven personas sin hogar, que debe funcionar como un canal de control de inundaciones. Pero también apoyan mucho la revitalización. Desean que se establezcan más hábitats y oportunidades recreativas.
Creen que el río Los Ángeles podría ser un río urbano emblemático y de clase mundial como los de Madrid, Seúl y San Antonio. Y esto se aplica a los angelinos que viven cerca y más lejos del río, y a todos los grupos demográficos. También les preocupa la gentrificación y el posible desplazamiento que podría producirse con la revitalización, lo que subraya la importancia de estrategias de desarrollo comunitario equitativas. Pero nuestra gran conclusión es que la gente de Los Ángeles apoya abrumadoramente la revitalización del río.”
El vínculo humano con los ríos está estrechamente ligado desde tiempos inmemoriales, pues el hombre ha construido viviendas a sus costados. Entre los más destacados se encuentran el río Nilo, Tigris y Éufrates, río Amarillo y el Lago de Texcoco entre los mexicas.
Para aquellos migrantes que provienen de comunidades rurales, los ríos eran espacios de recreación de niños y jóvenes. Las tomas de agua eran convertidas en balnearios improvisados y donde se llevaba al rebaño a beber agua. Los ríos y las lagunas eran espacio de contemplación de la flora y fauna. Más importante, aún, los ríos como las venas de agua de vida para los pueblos y las ciudades.
Mercedes Figueroa lleva 23 años cantando música ranchera, boleros y cumbias en La Placita Olvera, en pleno corazón de Los Ángeles. En algunas de sus canciones alaba los árboles de los ríos y de la barranca. De los ríos y su fauna guarda gratas memorias suscitadas en su natal ciudad de Oaxaca y su río Atoyac que le era espacio recreativo en su juventud. “Caminar, viendo los árboles de jacarandas y escuchando los pajaritos, todo era muy sano, muy natural.”
Pese a sus 23 años en Los Ángeles y la cercanía del río nunca lo ha visitado. “Hay un río pasando el puentecito junto a la Union Station pero yo lo veo seco, pura piedra, están entubados. ¿Si el río tuviera vida, su pasto, sus árboles, sus flores, aunque sea una lagunita, tú sí irías? Sí, claro”, contesta, “iría yo a disfrutar de ese río, pero que estuviera limpio.”
Ricardo Ortíz, por su parte, resume los múltiples beneficios de los árboles: “Todo nuestro cuerpo es energía. También las plantas. Si yo vengo con una energía de amor, de gratitud y de contento ellos también lo sienten. Las plantas y los árboles son medicinas”. Sobre cuajinicuil, si se mantiene saludable en un año dará frutas para los humanos y los animales.
Esta historia fue producida por Ethnic Media Services en colaboración con el Laboratorio de Estrategias Narrativas Ambientales (LENS) de UCLA como parte de la iniciativa Greening American Cities apoyada por Bezos Earth Fund.
Gabriel Martínez grabó esta historia para Radio Indígena, un medio de noticias cuyo objetivo es empoderar a las comunidades de inmigrantes indígenas en la costa central de California.
“El Río Los Ángeles: un vínculo entre las comunidades y sus orígenes y los beneficios de la vegetación” analiza las experiencias de los angelinos que viven cerca del cada vez más sucio y deforestado Río Los Ángeles, en el contexto de los esfuerzos recientes para revitalizarlo como canal de control de inundaciones, hábitat para la vida silvestre local y un espacio de recreación y refugio, especialmente para los migrantes rurales que viven en las cercanías.