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Las razones por las que satanizar a los no vacunados no funcionará

Dr. Tiffani Jenae Johnson, Pediatric Emergency Medicine Physician, UC Davis Children’s Hospital

Por SUNITA SOHRABJI/EMS Editora colaboradora

Las minorías de bajos ingresos en EUA, muchos de las cuales siguen sin vacunarse debido a los obstáculos al acceso y a la información, están siendo culpadas por el nuevo aumento en infecciones de COVID, dijo la Dra. Tiffani Johnson, pediatra del Centro de salud infantil de la Universidad de California de Davis, en una sesión informativa de Ethnic Media Services el 30 de julio.

“Existen muchísimos obstáculos al acceso a la atención médica y esos mismos obstáculos existen para el acceso a la vacuna”, dijo Johnson, una de cuatro ponentes en la sesión informativa, que respondía a las tasas de eficacia de las vacunas actuales contra el variante Delta, la cepa dominante en EUA.

“Algunos políticos han dicho explícitamente que es hora de empezar a echarles la culpa a los no vacunados según va empeorando la pandemia. Pero está verdaderamente mucho más matizado que solo señalar con el dedo al no vacunado mientras seguimos viendo brotes de COVID”, dijo.

La Kaiser Family Foundation (KFF) informó el 21 de julio que más del 68 por ciento de la población de EUA ha recibido por lo menos una dosis de las dos de la vacuna de Pfizer o Moderna, o la sola dosis de la vacuna de Johnson and Johnson.

Pero desde el 19 de julio, menos de la mitad de las personas negras e hispanas ha recibido por lo menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 en la gran mayoría de los estados que reportan datos.

La tasa de vacunación para personas negras es menos del 50 por ciento en 38 de los 42 estados que informan, incluyendo 14 estados donde menos de la tercera parte de las personas negras ha recibido una o más dosis. Igualmente, menos de la mitad de las personas hispanas ha recibido una dosis de la vacuna contra la COVID-19 en 34 de 40 estados que reportan, incluyendo 10 estados donde menos de una tercera parte ha recibido por los menos una dosis, según la KFF.

Un estudio publicado por el Ministerio de Salud de Israel en julio concluyó que la vacuna de dos dosis de Pfizer solo tenía el 39 por ciento de efectividad para controlar el contagio del variante Delta, aunque era 80 a 90 por ciento efectiva para proteger contra la enfermedad severa y las hospitalizaciones. Un estudio de Escocia publicado en junio observó que el variante Delta dobla la tasa de hospitalizaciones de las personas no vacunadas.

Johnson reconoció varias barreras que evitan que las poblaciones minoritarias de bajos ingresos consigan la vacuna de dos dosis de Pfizer o Moderna, o la vacuna de una sola dosis de Johnson and Johnson. Una historia de redlining o prácticas discriminatorias – bancos que se niegan a dar préstamos a ciertas comunidades porque viven en una zona que se considera de riesgo financiero pobre – ha llevado a la segregación de las minorías que viven en desiertos de la atención médica, dice.

Aquellos que carecen de conexiones a internet estables puede que tengan problemas para conseguir una vacuna, dijo Johnson, agregando que la transportación también es una enorme barrera. “Cuando tienes una clínica de vacunación que está a unas cinco millas de distancia, si no tienes coche, cinco millas es mucha distancia para intentar ir a pie”.

Los trabajadores por hora conforman un gran porcentaje de las comunidades vulnerables. Si no llegan al trabajo, no se les paga.

“Así que tan solo librarse por una o dos horas del trabajo para poder recibir la vacuna, si solo puedes encontrar una durante esas horas cuando trabajas, significa una o dos horas que no te pagan”, dijo Johnson. Ella observó que la gente también le ha expresado preocupación acerca de los efectos secundarios asociados con las vacunas: escalofríos, fiebres, dolores corporales, y debilidad general, entre otros síntomas.

Lidiar con efectos secundarios leves también puede requerir tomar tiempo libre del trabajo, dijo Johnson. “Así que o no quieren vacunarse o están tratando de esperar hasta cuando pueden tomar dos o tres días libres”.

Las comunidades de color también tienen una desconfianza general en un sistema de atención médica en que no se sienten escuchados o vistos, dijo Johnson. “Hemos estado engañando a estas comunidades durante años y abusando de ellas durante años y ahora decimos: ‘Oye, lindo, lo siento, te amo’, y esperamos que confíen en nosotros. Pero tenemos que ganarnos esa confianza y crear esa confianza. Y no va a suceder de la noche a la mañana”, declaró Johnson.

La pediatra dijo que no estaba a favor de un mandato de vacunación, tampoco está a favor de pasaportes de vacunación, que se están requiriendo ahora para entrar en muchos lugares públicos y sitios de trabajo.

“No creo que debemos crear un sistema de dos niveles en las que ciertos grupos en ciertas comunidades no tienen acceso a beneficios y a la sociedad. Creo que debemos trabajar en educar a la comunidad y fortalecer a la comunidad”.

“Dados todos los obstáculos que resumí para conseguir esas vacunas, hasta que abordemos plenamente todos esos obstáculos, no creo que sea justo crear un sistema de dos niveles”, declaró Johnson.

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