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En los Estados Unidos, alrededor de medio millón de personas viven sin hogar, según cifras del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU. Sin embargo, tres ciudades están logrando avances dramáticos para abordar la crisis y su trabajo encierra importantes lecciones para el resto del país.
Una de ellas: la vivienda y los sin techo son problemas comunitarios que requieren soluciones comunitarias.
En marzo de 2020, Bakersfield, CA, logró llevar a cero la falta de vivienda crónica (menos de 3 personas en la comunidad la experimentaron); desde 2011, Houston, TX colocó a más de 25,000 personas en viviendas permanentes, lo que resultó en una disminución del 64% en la falta de vivienda; y en 2018, Columbus, OH, tuvo una tasa del 70% de resultados de vivienda exitosos.
Durante una conferencia de prensa de Ethnic Media Services del 22 de julio, líderes de estas ciudades explicaron cómo se logró este éxito, principalmente a través de la educación.
“Logramos esto porque cambiamos nuestra forma de pensar y nuestras creencias”, dijo Mary Scott, Directora de Servicios al Cliente de Open Door Network en Bakersfield. “Ahora creemos que la falta de vivienda no es un problema individual. La falta de vivienda es un problema de la comunidad”.
En marzo de 2020, el condado de Kern puso fin a la falta de vivienda crónica “gracias alesfuerzo de la comunidad”.
La Autoridad de Vivienda Local, la Ciudad, el Condado, empresas privadas, miembros de la comunidad, propietarios y vecinos sin hogar crearon una asociación para brindarles servicios de apoyo, empleos y viviendas permanentes.
La Red creó un registro integral de todas las personas sin hogar en el condado, compuesto por cinco listas por nombre: personas sin hogar crónicas, veteranos, jóvenes, ancianos y familias. “Hacemos conferencias de casos con las diferentes organizaciones y vamos uno por uno a cada persona, para averiguar qué está brindando el proveedor de servicios, cuál es su estado, cuáles son las barreras”, explicó Scott.
Vales de vivienda, unidades de bajos ingresos, propietarios comprometidos con los localizadores de viviendas y el ‘Proyecto Milestone’ que está renovando moteles y convirtiéndolos en unidades de vivienda permanentes, son parte de la estrategia.
“Algunos de nuestros desafíos continuos son la falta de viviendas asequibles: tenemos una tasa de vacantes del 2% e identificamos 1603 personas sin hogar en nuestro recuento de 2022”, continuó. “También es difícil encontrar propietarios y dueños de propiedades que estén dispuestos a alquilar a nuestros clientes que tienen pocos o ningún ingreso”.
De hecho, el desalojo se ha convertido en una gran parte de la ecuación. En Colombus, Ohio, la estrategia para resolver la falta de vivienda incluyó “adelantarse” a la solicitud de desalojo.
“Estamos trayendo más propietarios a bordo, no para venderles a los inquilinos mismos, sino a los servicios de apoyo que tenemos para mantener a las personas alojadas”, dijo Marcus J. Salter, Especialista en Estabilidad de Vivienda en los Servicios de Mediación Comunitaria de Central Ohio.
La Red de Prevención de Personas sin Hogar, una colaboración de la mayoría de los proveedores de vivienda y agencias de salud mental, nació después de la pandemia para abordar la conexión de la población sin hogar con los recursos necesarios.
“Escuché a los propietarios decir: ‘aquí teníamos un inquilino, pasó una situación y no sabíamos a quién contactar’. Esos servicios de apoyo deben ser más accesibles”.
Actualmente, la Red quiere reducir la demanda en los cinco centros de adultos solteros y dos albergues familiares existentes en Colombus, que se encuentran llenos. De enero a marzo, “evitamos que 311 personas ingresaran a albergue”, dijo. “(Un total) de 2035 personas con discapacidades que experimentaron la falta de vivienda a largo plazo, fueron atendidas con viviendas de apoyo permanente”.
La experiencia en Houston, donde 25.000 personas fueron trasladadas de las calles a sus propios hogares en una década, también tuvo un enfoque holístico. En 2012, la cuarta ciudad más poblada del país tenía la sexta población sin hogar más grande del país y los proveedores de servicios operaban en silos.
“No estábamos mirando nuestros datos para asegurarnos de que las decisiones que tomabamos estaban en línea con lo que necesitaba la comunidad. Y nuestra reincidencia era muy alta”, dijo Ana Rausch, Vicepresidenta de Operaciones de Programas de la Coalición de Houston para las Personas sin Hogar, una organización paraguas que reúne a más de 100 organizaciones sin fines de lucro y agencias gubernamentales locales.
“Nuestros socios y patrocinadores se unieron para identificar los objetivos comunes para el sistema de respuesta para personas sin hogar”.
Los resultados: desde 2011 ha habido una disminución en la falta de vivienda general en un 63%, la falta de vivienda crónica en un 69% y la falta de vivienda familiar en un 82%. La falta de vivienda para veteranos terminó en 2015 y en el año actual de 3124 personas sin hogar, 1622 residen en un refugio. El 95% de las personas apoyadas se quedan alojadas.
“Usamos el modelo Housing First: tomamos a alguien de las calles y lo ubicamos en un lugar y luego, una vez que se siente seguro, con un techo sobre su cabeza y comida en el estómago, puede comenzar a enfocarse en los problemas que podría haberlo llevado a quedarse sin hogar”.
Los recursos de COVID que entraron en su atención continua no solo ayudaron a atender a casi 10,000 personas en dos años, sino también a la clausura de 57 campamentos en el condado de Harris, moviendo a las personas a una vivienda asequible. “Teníamos muchas unidades a precio de mercado que aún cumplían con el FMR (alquiler justo del mercado)… pero ha llegado al punto en que realmente no quedan muchas vacantes”.
Si hay un lugar donde la escasez de viviendas es notoria es California. Un estado con el peor problema de personas sin hogar en los Estados Unidos contabiliza 60.000 personas durmiendo sin techo cada noche. “Y eso no es porque tengan una enfermedad mental, consuman drogas o sean delincuentes”, dijo Matthew Lewis, director de comunicaciones de California Yimby, una organización estatal de políticas de vivienda cuyo nombre significa Yes In My Backyard. “Es porque perdieron sus hogares”.
A pesar del crecimiento económico en California, las restricciones de la ley de zonificación están impidiendo la construcción de viviendas multifamiliares asequibles en vecindarios donde las ciudades podrían integrarse. California Yimby trabaja a nivel estatal para tratar de reformar estas leyes, que deben corregirse antes de que se pueda resolver el problema de las personas sin hogar.
“Estamos tratando de revertir esos errores históricos. El legado de la segregación sigue vivo en estos vecindarios y nuestras ciudades han hecho que sea prácticamente imposible agregar viviendas en todos los extremos del espectro de ingresos”, concluyó.