Por Alfonso Sierra y George Camacho, El Popular
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Cientos de millones de personas han descubierto sus hombros para recibir la vacuna contra el COVID-19 y sus variantes (expresivamente la Delta y O micrón), sin embargo, una gran parte de la población americana elegible aún no ha querido vacunarse o no esta completamente vacunado.
Una de las razones de por lo cual no están queriendo vacunarse es por la cantidad de información falsa que se ha difundido rápidamente por las rede sociales y en persona, la cual a persuadido a miles de ciudadanos y residentes lo suficiente para no querer vacunarse. Es más, en un estudio hecho por la Fundación de la Familia Káiser hecho en el 2021, se encontró que el 80 por ciento de los adultos dijeron que ellos “definitivamente no” iban a vacunarse dado a que creen o presuntamente creen en no menos de un mito sobre la vacuna del COVID-19, que no pueden desenmascarar.
De tal manera que, para desenmascarar estos mitos, es necesario tener la información de parte de fuentes que están asociadas con la investigación y producción de la vacuna y de la crisis mundial, especialmente ahora que estamos pasando por un momento en la vida donde muchas personas han muerto y varias han sido afectadas seriamente por este virus.
Varios de los mitos son los siguientes:
Mito 1: La vacuna se realizó muy rápido para poder ser efectiva
Es verdad que la vacuna contra el COVID se realizó en un tiempo muy rápido, pero los pasos que fueron movidos con rapidez eran realmente el papeleo necesario que toma mucho tiempo en realizar, y obtener aprobación.
Las vacunas existentes en los EE. UU. Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson fueron probadas en masa con cientos de miles de personas en sus pruebas clínicas a través del mundo y rigorosamente evaluadas para su seguridad y efectividad.
Científicos a través del mundo tenían una ventaja que les ayudó a acelerar el proceso. Esta ventaja fue que ellos tenían el virus debajo del microscopio por años, incluyendo a aquellos que causan problemas respiratorios como el SARS y el MERS. Además, la inversión en la producción temprana y su distribución también ayudó a mejorar la distribución y vacunación rápidamente a las personas más vulnerables.
Mito 2: La vacuna altera mi ADN
Este mito, que fue transmitido excesivamente por las redes sociales, causó un pánico a través de comunidades. Cuando la gente pensaba que su ADN, las moléculas que hacen quienes somos fuesen alteradas o mutadas.
Muchas personas no querían vacunarse al pensar los horrores que estas vacunas iban a causar. Sin embargo, ninguna de estas vacunas interactúa con el material genético de cualquier persona, que fue confirmado por la CDC.
El propósito de la vacuna es de ayudar a las células de nuestro cuerpo a construir la protección necesaria en contra del coronavirus, pero el material de la vacuna nunca rompe por la barrera nuclear de la celular donde se encuentra el ADN.
Aparte de todo, las vacunas tipo mRNA, tales como las vacunas contra el COVID, después de que utilizan las instrucciones que se les dio, empieza a romperse y el cuerpo se deshace del mRNA.
Mito 3: La vacuna contienen microchips para rastrearnos
Estos rumores también fueron dispersados por las redes sociales, a tal grado que la gente que se había vacunado empezaba a utilizar imanes para atraer a los microprocesadores que presuntamente habían sido inyectados. Nunca tuvieron suerte de sacarlo, porque no existían.
Las vacunas fueron desarrolladas para ayudar a la gente a combatir el coronavirus, no para rastrearlas, según dijo la CDC en un comunicado. Es más, las vacunas no contienen metales o materiales que puedan causar un campo electromagnético.
Mito 4: La vacuna puede causar infertilidad
Otro mito que realmente despegó por las redes sociales es la de que la vacuna puede causar problemas de infertilidad. Muchos hombres y mujeres, especialmente en edades de poder reproducir se sintieron agobiados y no deseaban vacunarse. Este mito causó terror entre matrimonios jóvenes deseosos de tener una familia.
Sin embargo, no existe evidencia alguna de que esta vacuna, es más de que cualquier vacuna, cause problemas de infertilidad en ambos hombres o mujeres. Es más, la CDC ha recomendado el uso de la vacuna para mujeres que están amamantando, embarazadas o planean tener una familia en el futuro.
Estudios explorados por los Institutos Nacionales de la Salud, exploraron ligas potenciales entre la vacuna del COVID 19 y los cambios menstruales entre las mujeres que reportaron que no tuvieron o que parcialmente tuvieron sus periodos después de haber sido vacunadas.
Investigadores llegaron a la conclusión de que la vacuna altera muy poco el periodo de menstruación de la mujer, según dijo la Dra. Alison Edelman de la escuela de Medicina de Ciencias y Salud de Oregón. Ella explicó que el cambio es menor que uno al día del mes en que ocurrió la vacunación, pero que no hubo cambios en el proceso natural de la menstruación. Indicando también que existen otros factores que pueden llevar a cambios temporales en el periodo menstrual de la mujer, que pueden ser estrés, cambios en la vida cotidiana relacionados con la pandemia, estar infectado con SARS-CoV-2, u otras condiciones.
Todos nosotros, de alguna manera u otra, hemos sido vacunados en contra de enfermedades que en algún tiempo pudieron tomar nuestra vida o dejarnos inválidos, tales vacunas tienen que estar en nuestro cuerpo en los primeros cinco años de nuestra vida. Aún así, nunca pensamos si estas vacunas nos pudieran hacer daño; pero somos evidencia de que no causan problemas médicos, infertilidad o campos electromagnéticos y por eso las tomamos sin pensar.
¡Vacúnese! No solamente por usted, si no por su familia. Visite Myturn.ca.gov para hacer una cita en la clínica de vacunación más cercana a usted.