Sunday, December 22, 2024
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La desinformación política destinada a prevenir el poder latino amenaza a todos

Por Cristina Beltrán and Tony Affigne | Read this article in English

Investigadores y educadores especializados en política de los latinos en Estados Unidos están continuamente alarmados por la inundación de desinformación dirigida hacia votantes hispanos—un maremoto de mentiras que el gobierno estadounidense y gigantes de las redes sociales han fracasado en enfrentar.

Por ejemplo, en las pasadas cuatro semanas Twitter y Telegram en español han visto surgir nuevas declaraciones falsas que sugieren que el  presidente Biden sufre de demencia sin evidencia médica alguna. Este tipo de declaraciones afirman que el uso de un monitor durante sus discursos públicos por el presidente sirven como prueba de que Biden sufre de alguna condición cognitiva. El posible impacto político de este tipo de desinformación es obvio.

No es sorprendente que las redes sociales han tenido dificultades en acallar las falsedades y teorías de conspiración. Vistas públicas en el Congreso de los Estados Unidos, documentales, e innumerables reportajes en los medios han resaltado el daño hecho por la diseminación de desinformación nociva compartida a través de comunidades en el internet—además de llamar la atención al poco esfuerzo en la refutar y silenciar datos falsos por parte de Facebook, YouTube y Twitter.



Cristina Beltrán, profesora asociada de análisis social y cultural en la NYU

Los votantes latinos—notablemente en Florida y Texas—han sido objetivo particular de la desinformación, hecho al que no se le ha prestado suficiente atención. Los latinos en Estados Unidos son un población mucho más joven que sus conciudadanos de otros grupos raciales, y tienen más altos índices de uso de aplicaciones móviles, redes sociales, y plataformas de envió de mensajes. Mas aún, lo que estos usuarios observan frecuentemente son horribles falsedades sobre todo tipo de tema incluyendo el COVID-19 y la insurrección del 6 de enero de 2021.

Durante la campaña electoral de 2020, activistas a favor de Trump usaron de blanco a las comunidades de votantes hispanos haciendo declaraciones falsas que iban de lo hiperbólico (tildando a Joe Biden de comunista) a lo criminal (tildando a Biden de pedófilo). Campañas de desinformación en redes sociales atacaron al movimiento de “Black Lives Matter” (Las Vidas Negras Importan) con retórica racista y advertían de un complot por los demócratas en donde una caravana de inmigrantes cubanos atravesarían la frontera e irrumpirían en el proceso electoral. Memes diciendo que Biden y su compañera de papeleta, Kamala Harris, apoyaban el infanticidio circularon a granel.

Entonces, ¿por qué han fallado los reguladores y las plataformas de medios sociales en luchar contra las falsedades destructivas des las cuales los latinos han sido objetivo? ¿Por qué no han intervenido activamente como la han hecho en el caso de la desinformación sobre el COVID-19, QAnon, y las elecciones? La razón principal ha sido el idioma: Facebook, YouTube, Twitter, y otras plataformas se han enfocado en combatir desinformación en inglés. En 2020, varias plataformas prohibieron el uso del “hashtag” #plandemic asociado a un video viral que promovía falsas teorías de conspiración en relación al COVID-19. Sin embargo, usuarios de la redes continuaron regando desinformación relacionada al video usando la versión en español #plandemia muchos meses después.

Como profesores universitarios, continuaremos publicando y educando a nuestros estudiantes y comunidades, pero necesitamos que instituciones apoyen esta labor. En este momento donde nuestra democracia está en peligro—a través de la obstrucción a la participación electoral y los esfuerzos para debilitar los sistemas gubernamentales a nivel local y nacional—los Estados Unidos no pueden darse el lujo de abandonar a millones de votantes afectados por esta catástrofe en curso.

Tony Affigne, profesor de ciencias políticas, estudios negros y estudios latinos en el Providence College
  • Comités congresionales deben efectuar vistas públicas lo más pronto posible para investigar y llamar la atención a la desinformación que afecta a las comunidades latinas.
  • Reguladores, empezando por la Comisión Federal de Comercio, deben jugar un rol protagónico en la examinación de la disparidad en cómo las plataformas de internet monitorean las desinformación en español y otras fuentes de información no en inglés.
  • Meta, Twitter, YouTube, y otros deben redoblar sus esfuerzos y dedicar recursos suficientes para la ejecutar vigilancia sobre el contenido en sus plataforma sin importar el idioma. Esto implica un incremento dramático en el número de empleados con conciencia cultural que tengan la habilidad de identificar y eliminar desinformación en español.

Los ataques a los derechos de los latinos no ocurren solo cuando son migrantes en la frontera, o cuando son trabajadores esenciales mal pagados que este país explota, y de los cuales depende. La manipulación partidista de los latinos, a través de mentiras y falsedades recibidas por sus teléfonos, tabletas, y computadoras, es particularmente tóxica y una forma de violencia política perpetrada sobre la mente y el corazón de nuestra gente.

Nuestros conciudadanos y los votantes del país merecen hacer decisiones sobre sus vidas, sus intereses, y su gobierno que estén basadas en hechos y la realidad, no en grandes falsedades y teorías de conspiración. Cuando éste no es el caso es un ataque a nuestros derechos y libertades como estadounidenses. Los votantes—todos los votantes del país—merecen algo mejor.

Cristina Beltrán es profesora asociada de análisis social y cultural en NYU. Tony Affigne es profesor de ciencias políticas, estudios afroamericanos y estudios latinos en Providence College.

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