Sunday, November 17, 2024
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    Para combatir el calentamiento global se requiere un enfoque de equidad

    Incendios forestales cada vez más grandes, olas de calor más frecuentes, veranos más tempranos, sequías más intensas y mares más cálidos. El acelerado cambio climático complica cada vez más la vida de los estadounidenses y los expertos advierten que la mejor manera de abordarlo no es solo desde los modelos científicos sino con políticas centradas en la equidad.

    “En lo que respecta al cambio climático, no existen soluciones efectivas, a menos que la equidad se incorpore desde el principio”, dijo Aradhna E. Tripati, profesora asociada del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de California en Los Ángeles, durante una conferencia de prensa organizada por Ethnic Media Services.

    “Cualquier injusticia que exista interactuará con otras inequidades en formas que serán particularmente devastadoras para las comunidades de bajos ingresos y las comunidades étnicas”, añadió Tripati al referirse a las verdaderas víctimas de huracanes como Maria y Katrina o de incendios forestales como los sucedidos en Paradise, California.

    Las familias de bajos ingresos no pueden darse el lujo de mudarse tras un desastre natural y generalmente viven en lugares construidos en asfalto y hormigón y carentes de espacios verdes lo que las hace más propensas a las olas de calor.

    Y el calor es la principal causa de muerte por razones climáticas en los Estados Unidos, dijo Kristie L. Ebi, profesora del centro de salud y medio ambiente global de la Universidad de Washington. “Las temperaturas muy altas matan, pero casi todas esas muertes se pueden prevenir”.

    El mayor riesgo de morir por calor lo enfrentan las personas con enfermedades crónicas, problemas de tensión o del corazón, quienes no se ejercitan con frecuencia y aquellos mayores de 65 años. Pero las personas pueden realizar actividades para reducir su temperatura corporal mediante baños de agua fría, humectación de la piel, hidratación permanente y el uso de ventiladores en lugar de aire acondicionado, que es un mecanismo que arroja el exceso de calor al medio ambiente.

    “En muchas comunidades se están instalando sistemas de alerta temprana de olas de calor y estos salvan vidas… muchas ciudades también tienen centros de enfriamiento (para sus habitantes)”, agregó Ebi quien es coautora de un reciente informe sobre el impacto del aumento del calor en la mortalidad. “También depende de nuestras opciones de desarrollo, en las ciudades… debemos pensar muy claramente en los factores de equidad y justicia ambiental”.

    El calor también exacerba las sequías que impactan con preocupación estados del suroeste como Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah, Colorado y de manera más severa, California. Y lo más probable es que aumenten pues el verano apenas comenzó y se anticipan varios meses de condiciones secas.

    “Los diversos grados de calentamiento Fahrenheit en California son una influencia bastante significativa en la frecuencia y severidad de las olas de calor, pero también en la severidad de esas sequías porque está aumentando la tasa de evaporación en la atmósfera”, explicó Daniel Swain, científico del clima en el Instituto del Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la Universidad de California en Los Ángeles.

    “En últimas, hay menos agua disponible, lo que significa que los suelos se vuelven más secos y la vegetación se vuelve más seca. Significa que las plantas requieren más agua, pero hay menos agua en los ríos, lagos y arroyos disponible para los humanos, el medio ambiente y la agricultura. Lo que significa que hay menos capacidad de la atmósfera para amortiguar las olas de calor extremas”.

    El experto advirtió que aunque la sociedad está tomando más en serio el cambio climático y eventualmente se logren reducir las emisiones globales de carbono a cero, todavía habrá un par de décadas de olas de calor extremas y sequías y “vamos a tener que adaptarnos a esta nueva realidad climática… Las cosas van a empeorar, antes de que finalmente mejoren”, dijo.

    Y cuando se trata de mitigación o adaptación climática, la necesidad de involucrar a las comunidades de color que tienen poca o ninguna voz en la planificación es urgente, dijo la profesora Tripati. Sus solicitudes para mejorar la calidad del agua o del aire, o de espacios verdes en sus vecindarios, a menudo son ignoradas, lo que impacta aún más su salud.

    “Si queremos que las comunidades étnicas participen en la política de cambio climático, para comenzar deberíamos hacer nuestros servicios meteorológicos y climáticos en varios idiomas”, agregó Tripati quien resaltó la importancia de apoyar la soberanía indigena y sus prácticas centradas en la conservación y la sostenibilidad.

    Según la experta, la participación de negocios propiedad de minorías en el “Nuevo Trato Verde” debe ser supervisada, al igual que el dinero distribuido por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) después de desastres naturales, que debe priorizar el desarrollo de viviendas para personas de bajos ingresos sobre la reconstrucción de mansiones.

    De acuerdo a una encuesta de la Universidad de Yale de 2020 que mide las opiniones de los estadounidenses sobre el cambio climático, el 72% cree que el calentamiento global es una realidad y el 61% cree que este fenómeno afectará a las personas en los Estados Unidos. Aún así, solo el 35% habla de ello y solo el 25% escucha sobre el calentamiento global en las noticias al menos una vez a la semana.

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