Nestor Fantini | Hispanic LA
Con el calentamiento global y temperaturas que superan los 100 grados F, la falta de árboles y espacios verdes en las escuelas ha emergido como un problema crítico.
En centros urbanos densamente poblados como Los Ángeles con centenares de instituciones escolares, esta carencia es especialmente preocupante.
Camino Nuevo Charter Academy, en Los Ángeles, es un ejemplo de este fenómeno. Un fenómeno que parece afectar particularmente a escuelas en barrios en donde hay un alto porcentaje de minorías raciales y étnicas y hogares con bajos ingresos.
La falta de árboles, grama y otra vegetación exacerba los efectos del calor extremo, un problema que se ha vuelto más urgente en la medida en que el cambio climático se agudiza. Dos años atrás, durante una ola de calor en septiembre de 2022, California registró 395 muertes adicionales a las que típicamente ocurren. Los latinos fueron el grupo más afectado.
En el Distrito Escolar de Los Ángeles, LAUSD, en el que más de 90% son minorías, solo el 16% de las más de 778 escuelas cuentan con suficientes espacios verdes. Este déficit impacta negativamente en la calidad del aire, la salud mental y física, y el rendimiento académico de los estudiantes.
Una escuela en el corazón de Los Ángeles
Camino Nuevo Charter Academy es una escuela pública que se encuentra en el corazón de MacArthur Park. Un barrio de Los Ángeles con mucho asfalto y pocos árboles en el que residen inmigrantes de pocos recursos que provienen fundamentalmente de México y El Salvador, pero también de muchos otros países como Guatemala, Corea, las Filipinas y otras regiones del mundo. Un área también en donde se reportan muchos crímenes y en donde la pandilla M-13 tiene control territorial.
Este entorno presenta numerosos desafíos que no son solo económicos y sociales, sino que también medioambientales. Los estudiantes de esta escuela, que van desde kindergarten hasta octavo grado, conviven diariamente con hechos de violencia, personas que viven en la calle, prostitución y la falta de una infraestructura verde.
“Para llegar a la escuela camino tres bloques”, dijo Pablo un estudiante de la escuela a quien siempre lo acompaña su madre y quien a la tarde es recogido por una vecina que también acompaña a otros estudiantes. “Se ven borrachos o drogados, no sé, tirados en la calzada”.
Con una matrícula de 561 estudiantes, el 100% de los cuales pertenecen a minorías y el 87% provienen de hogares económicamente desfavorecidos, Camino Nuevo enfrenta una dura realidad.
Las estructuras edilicias se encuentran separadas por otros edificios privados y una playa de parqueo. Lo que implica que los estudiantes deben ser llevados en fila por la vereda pública cada vez que cambian de edificio, ya sea para su lunch de mediodía u otras actividades. Esto representa un verdadero riesgo al estar expuestos al tráfico que transita por la South Burlington Street y el ocasional vagabundo que anda merodeando por la vereda.
La infraestructura de la institución es relativamente pequeña comparada con la de otras escuelas públicas. El patio es pequeño, prácticamente carece de árboles y vegetación, y durante los recreos los estudiantes deben lidiar con las altas temperaturas y la falta de sombra.
La opinión de estudiantes
“El patio de la escuela necesita más sombras”, dice Wendy que estudia en la escuela. “Solo hay sombrillas, no hay árboles. Sería bonito tener más espacios verde, pero no hay lugar porque la escuela es muy pequeña.”
Numerosos estudios han demostrado que la presencia de espacios verdes en las escuelas puede mejorar significativamente la salud y el bienestar de los estudiantes. Estos beneficios incluyen la reducción del estrés, la mejora de la concentración y el rendimiento académico, y la promoción de actividades físicas saludables. En Camino Nuevo, sin árboles y grama, no parecen poder gozar de estos beneficios.
“No hay jardín y ahora están renovando. Sería bonito que hubiera pequeños espacios con plantas y flores para que los niños más pequeños puedan jugar”, dice Cristina, otra estudiante.
Pero para ella también hay otros problemas relacionados con el medioambiente que se deben tener en cuenta. “En la escuela se usa mucha electricidad innecesariamente. A veces las luces están prendidas cuando no son necesarias, igual con el aire acondicionado”, comenta sobre el uso ineficiente de recursos.
Abigail, también una estudiante de la escuela, expresa la necesidad de seguridad adicional y mejor mantenimiento: “El patio de la escuela es muy pequeño, no hay espacios verdes, hay algunos árboles, pero hay poca sombra. Hay muchos bebederos instalados, no hay seguridad y cuando hay que cambiarse de espacio para ir al ´break´ hay que ir por la vereda de la escuela. Se necesitaría más seguridad porque hay borrachos afuera que dejan basura y bloquean el camino. También hay muchos ´homeless´ en el área que están en el mismo camino que usamos para ir a la escuela.”
Una iniciativa
Pero el caso de Camino Nuevo no es único, sino que el problema de la falta de espacios verdes es un desafío que confrontan muchas escuelas de la región.
Reconociendo el problema, el Consejo de Educación del Distrito Escolar de Los Ángeles, que tiene jurisdicción sobre más de 600 escuelas, ha lanzado una iniciativa para incrementar los espacios verdes, con el objetivo de alcanzar un 30% de espacios verdes antes de 2035.
Esta propuesta incluye la plantación de árboles y la creación de jardines escolares, medidas que podrían transformar significativamente los sitios de aprendizaje en los que estudiantes del distrito pasan gran parte de sus días.
Aunque el plan parece demorado, fundamentalmente por limitaciones financieras, es probablemente el modelo que deberían seguir instituciones como Camino Nuevo.
La creación y expansión de espacios verdes en las escuelas de Los Ángeles no solo es una cuestión de infraestructura, sino de justicia social y equidad. Garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a un entorno saludable y seguro es fundamental para su desarrollo integral. Camino Nuevo Charter Academy representa un microcosmos de los desafíos y oportunidades que enfrentan las escuelas en comunidades desfavorecidas. Al abordar esta necesidad medioambiental, no solo mejoramos la calidad de vida de los estudiantes, sino que también construimos un futuro más justo y sostenible para todos.
Este artículo es parte de Greening Los Angeles, un proyecto de EMS y UCLA/LENS.