Wednesday, December 18, 2024
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    COVID-19: Líderes comunitarios en California buscan persuadir a los no vacunados

    From left to right: Kim McCoy Wade, Director, California Department of Aging; Irma R. Muñoz, Founder and Executive Director, Mujeres de la Tierra; Esperanza Vielma, Executive Director, Environmental Coalition for Water; Jorge Pingarron, Canvasser, Todos Unidos

    A través de conversaciones casuales, mensajeros de confianza, y hasta los abuelos de la familia, promueven las vacunas en barrios marginalizados para ganarle la carrera a la variante Delta.

    Por: Jenny Manrique

    Mientras la variante Delta sigue provocando un aumento en las tasas de infección por COVID-19, la carrera para vacunar a quienes no lo han hecho hasta ahora, se vuelve más urgente. Organizaciones comunitarias en California vienen implementando enfoques innovadores para llegar a vecindarios en el corazón de Los Ángeles, en ciudades pequeñas como Stockton y en comunidades rurales de San Joaquín, donde viven hispanos y poblaciones minoritarias.

    En California, según datos oficiales, menos de la mitad de los latinos y afroamericanos elegibles se han vacunado y por eso los promotores están dedicados a cerrar esa brecha racial a pesar de enfrentar situaciones racistas, pandillas, creencias religiosas y hasta condiciones climáticas adversas.

    “Nuestro gran problema es una comunidad religiosa muy fuerte que está presente en el parque (McArthur)” contó Irma Muñoz, directora ejecutiva de Mujeres de la Tierra (MDLT), organización pionera en la creación de enfoques innovadores para la participación comunitaria en Los Ángeles, quien habló en una conferencia organizada por Ethnic Media Services.

    “Todos están en contra de la vacuna COVID-19. Los feligreses cuentan que los líderes de la iglesia dicen que no se vacunen, que será un pecado, y que la inyección trae veneno”, dijo Muñoz.

    En el parque McArthur viven inmigrantes latinos indocumentados, la mayoría de Guatemala y México. También hay tres pandillas activas, quienes conocen el trabajo de Muñoz y de sus promotores de vacunas y los han dejado moverse en el sector sin mayores contratiempos.

    “A un joven de unos 18 años un pandillero lo sacó del sector y él simplemente hizo caso. Alguien apuntó con un arma a uno de nuestros encuestadores, quien se fue de inmediato…
    Nadie está aquí para ser un héroe y brindamos a todos capacitación adicional sobre cómo estar seguros”, dijo Muñoz. “Pero los pandilleros también necesitan ser vacunados, así que no creo que se trate de huir y fingir que no existen”.

    Hasta la fecha MDLT ha concertado casi 2300 citas para la vacunación producto de cerca de 63,700 conversaciones uno a uno con los vecinos. Un equipo de 25 personas, mayoritariamente mujeres promotoras que pertenecen a la comunidad y conocen el terreno, ha dedicado más de 4700 horas a este trabajo de persuasión en el que el 95% de las interacciones son en espanol

    “Hay quienes no quieren dar información personal como el estado migratorio, porque mucha gente no está documentada. Para recibir la vacuna deben proporcionar una identificación pero nadie quiere hacerlo porque cree que el Servicio de Impuestos Internos (Internal Revenue Service, IRS) o Inmigración llamarán a la puerta para llevárselos”, dijo Muñoz.

    En contraste algunos menores indocumentados solos llegados de Guatemala si quieren vacunarse pero no pueden porque no tienen un padre o tutor que les autorice. Esta población está en el limbo “y esperamos que las autoridades pronto puedan ayudarnos a resolver este problema”.

    Otras barreras son los horarios laborales de una clase trabajadora que a excepción de un domingo, no puede hacer tiempo para una cita. Y una eterna desconfianza en el gobierno que lentamente se ha ido disipando con los mensajeros que comparten cómo a pesar de haberse resistido al principio, hoy ya recibieron las dos dosis de la vacuna contra el virus.

    “Quizás el 20% del trabajo es de puerta a puerta, porque durante el COVID la gente no abre las puertas…Hacemos sondeos multitudinarios en paradas de autobús, estación de metro, mercados, tienditas y panaderías, y también entre una gran población de vendedores ambulantes, tanto permitidos como no permitidos”.

    Recientemente se están enfocando en convencer a padres de vacunarse “por el bien de sus hijos”, pues la variante Delta está afectando a niños menores de 12 años que todavía no pueden recibir la inyección.

    “La gente tiene miedo a lo desconocido”, agrega Muñoz. “Así que tratamos de sacar el miedo del corazón de las personas y poner hechos en su cabeza, y muchas veces lleva un tiempo hacerlo”.

    Para Kim McCoy Wade, directora del Departamento de Envejecimiento de California los latinos mayores, quienes representan “un número desproporcionado de casos” de COVID son la puerta de entrada para vacunar a todo un hogar. “El mensajero es muy importante… Si comienzas preguntando a los adultos mayores qué es lo que les importa, ellos son quienes toman las decisiones en la familia”.

    En los hogares hispanos por ejemplo, a veces dos o tres familias viven juntas y todos pueden terminar vacunandose si sus líderes (abuelos y abuelas), se muestran más interesados en hacerlo.

    En contra del gobierno

    Otro de los desafíos para convencer a quienes se niegan a vacunarse son sus fuertes convicciones políticas. Según George Pingarrón, promotor puerta a puerta de Todos Unidos en Stockton, organización que ya completa 7500 horas de trabajo de campo, “mucha gente todavía no cree en COVID y simplemente está en contra del gobierno”.

    “Nos encontramos con el problema de que la gente hace una declaración política en lugar de reconocer que (las vacunas son) una necesidad para la humanidad… Hemos identificado 8.000 casas. Solo hemos podido tener conversaciones en el 30% de ellas y solo el 1% terminan siendo registros reales de vacunas”.

    En un recorrido por áreas rurales de Modesto, Pingarrón y su equipo se encontraron en vecindarios donde las casas izaban la bandera estadounidense y los locales les hicieron saber que su promoción de las vacunas no era bienvenida. “Nos hemos encontrado con el racismo. Nos hemos encontrado con altercados físicos. Hemos sufrido acoso… Pero lo que sí funciona es entablar esa conversación personal. Parte de la educación (sobre vacunas) es no tomar una ruta determinada de inmediato, sino escuchar y aprender cómo responder correctamente a cada situación personal”.

    A veces el inclemente calor extremo del verano y la baja calidad del aire consecuencia de los incendios del norte de California, también restringe a los promotores en sus salidas.

    “Aunque el clima aquí es a veces de 100 grados, nos adaptamos en consecuencia. Salimos por la mañana, en lugar de por la tarde, y hacemos algunas llamadas por teléfono, pero seguimos confiando en ese toque personal”, dijo Esperanza Vielma, directora ejecutiva de la Coalición de Justicia Ambiental para el Agua (EJCW en inglés), una organizacion dirigida por mujeres de color que trabajan para contrarrestar a los anti-vacunas en el Valle de San Joaquín.

    “Vamos en la novena semana y tenemos asignados cuatro códigos postales en el área… Hemos golpeado un total de 184,650 puertas, en 80,586 de ellas hemos tenido conversaciones y en términos de las inscripciones de vacunas reales, tenemos 700 para nuestra área en Stockton”.

    La población es mayoritariamente hispana así que las promotoras son bilingües y algunas también del sudeste asiatico, que es el otro grupo demográfico al que sirven. En el centro comunitario Stribley pasaron de repartir 40 vacunas por día a 100 y fueron exitosos en la ampliación de su mensaje en lugares como los mercados de pulgas mexicanos y asiáticos.

    “Queremos poder amplificar el mensaje en varios idiomas y trabajar con el Distrito de Control de la Contaminación del Aire , el condado y el estado, para disminuir el peligro potencial del COVID y la variante Delta que se amplifica por nuestro aire insalubre en el valle”.

    Vielma también mencionó el reto de llegar a áreas rurales donde los trabajadores agrícolas son altamente impactados por estos factores y las áreas residenciales están muy dispersas para poder tener estas conversaciones en persona.

    “Allí hemos tenido que volver a usar hojas informativas pero el mensaje es el mismo: ¿Qué es lo positivo en términos de tomar la vacuna frente a lo negativo? Amplificar ese mensaje una y otra vez en términos de lo importante que es vacunarse ya sea para sus propios hijos, sus sobrinas, sus sobrinos, o sus nietos”, concluyó Vielma.

    Para su trabajo en la promoción de vacunas, estas tres organizaciones reciben apoyo de una subvención de la Oficina de Operaciones del Gobernador, administrada por la Universidad de California en Los Ángeles.

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