Nora Estrada | Kiosko Magazine
Vecinos y comerciantes del MacArthur Park aplauden plan de cerrar parte del bulevar Wilshire para ampliar el parque, pero opinan que ese proyecto atraerá más invasión de indigentes, enfermos mentales, viciosos y criminales a lo que ya existe, poniendo en riesgo a los residentes y paseantes.
Ante el plan de cerrar un tramo de bulevar Wilshire para reconectar los dos lados del Parque MacArthur con el objetivo de crear un espacio más grande y más verde, los residentes del área aplauden el proyecto, pero también exigen seguridad y garantías de que no se permitirá la presencia de indigentes, enfermos mentales, viciosos y criminales que actualmente pululan en el lugar.
Los vecinos lamentan que el parque (originalmente Westlake Park) es un epicentro de drogas, creando el ambiente más inseguro de la ciudad.
Durante un recorrido por el parque MacArthur, que data de finales del siglo XIX en el barrio de Westlake de Los Ángeles, y que cuenta con áreas de juegos y campos de césped, árboles, palmeras, estatuas, lago, fuente, Kiosko News observó a personas drogándose, aparentes enfermos mentales, personas cocinando y durmiendo a plena luz del día y mujeres con poca ropa y decenas de casas de campaña.
También fue posible ver indigentes arrastrando sus pertenencias y desafiando a las personas que se ven en la necesidad de salir a caminar con sus hijos o perros.
Mientras la reportera y fotógrafa de Kiosko News se encontraban tomando gráficas, un hombre agresivo se les acercó para amenazarla.
“Vete de aquí, perra. Este es nuestro lugar” y “Si te atreves a seguir tomando fotos, te arrastramos y golpeamos”, fueron algunas de las amenazas pronunciadas por un hombre desaliñado.
Para los vendedores ambulantes o familias que acuden por necesidad a trabajar o llevar a los hijos a jugar al parque, la situación ya es muy común, pero aseguran que toman sus precauciones porque siempre tienen miedo.
“Es muy difícil, y más para una mujer, vivir y trabajar en este ambiente tan feo y peligroso. Yo vengo con miedo, mucho miedo, pero no me queda de otra. Salgo de mi casa encomendándome a Dios porque a veces hay hombres muy violentos, se pelean y se amenazan de muerte, y a veces uno sin querer es testigo, y por eso nos amenazan, intimidan y aseguran que ya nos tienen identificados”, expresó Silvia Juárez, vendedora de agua y refrescos con más de 20 años trabajando en el parque.
La originaria de Guatemala dijo que ha tenido suerte porque solo ha sufrido sustos.
“A mí me ha tocado que me amenacen, y eso asusta, pero tengo compañeros que si han sido asaltados y los han amenazado con cuchillos. No sabemos si son o son criminales, el caso es que han llegado a robar o golpear a otros vendedores de la calle por unos cuantos dólares”, expresó.
Comentó que prefiere regalar a los indigentes lo que quieren antes de que la maltraten.
“Ya se cuando andan de malas, drogados o agresivos y opto por darle las cosas, pero a veces me siguen, me intimidan y dicen muchas cosas, aunque les regale el agua o refresco”, agregó. “Ojalá que con las mejoras que dicen van a hacer en el parque, quiten a todas las malas personas y pongan policías. Y esperamos que no pase lo mismo, que quiten a los indigentes, limpien y luego regresen de nuevo a este lugar”.
En 2021, las autoridades de Los Ángeles cerraron por 10 semanas el parque para realizar trabajos de limpieza, remozamiento y retirar a los indigentes que vivían en casas de campaña alrededor del lugar para que utilizaran los servicios de vivienda y apoyo por parte de la ciudad.
Hace dos semanas, la alcaldesa de Los Ángeles Karen Bass, y la concejal del Distrito uno que abarca una franja del Eastside, Eunisses Hernández, dieron a conocer el proyecto “Reconectando el Parque MacArthur”, antes de informar a los vecinos del área.
“Si a mí me hubieran preguntado antes, primero que nada, contesto que es más necesaria la seguridad. La idea del parque me gusta, emociona y lo quiero, pero a la misma vez no puedo imaginar cómo quieren un parque más grande. ¿Para que vengan mas mugrosos a aterrorizarnos? Porque más parque, más mugrosos”, enfatizó Leticia Cabrera, quien es propietaria de una joyería ubicada frente al parque por la calle Alvarado.
Contó que su única protección cuando llega y se va del negocio es encomendarse a Dios.
“Es un miedo, ansiedad y mucho estrés pensar en lo que puede pasar con tanto indigente. Corro a mi carro que lo estaciono en el callejón, pero ahí también hay indigentes drogados o durmiendo. Vivo con el Jesús en la boca”, expresó. “Primero deben rescatar el parque de eso para que vengan niños, jóvenes y familias enteras”.
Por su parte, Magaly Flores, quien vive a tres cuadras del parque, compartió que la violencia en la zona va de menos a más.
“Hace dos semanas mataron a un señor que no estaba involucrado con un pleito donde hubo balazos. El pobre murió sin hacer nada malo. Cualquiera aquí puede resultar herido o muerto”, señaló.
“La verdad, yo quiero seguridad y que vuelvan a retirar a los indigentes que viven y se apoderan del parque porque crean muchos problemas. No nos sentimos seguros porque ellos hacen mucha droga y pierden la cabeza”, agregó.
“Yo camino con miedo a que me roben, me maten, o de recibir una bala perdida o un cuchillazo, uno nunca sabe”, comentó Flores.
Lucy Cortés aplaudió los planes que existen para el MacArthur Park porque le gustaría volver a ver el lugar frondoso y bonito que conoció hace 35 años.
“Es buena idea porque cuando llegué a esta ciudad era muy bonito. Uyyy… hasta nos tirábamos en el césped. Era un área muy bonita, todo verde, animalitos como ardillas. Nada que ver con la porquería que vemos ahorita, un nido de maldicientes y drogadictos. Yo quiero que saquen a esa gente que genera violencia y que pongan bonito todo esto”, dijo.
Salvador García, también residente, coincidió en señalar que es mejor que las autoridades inviertan en poner seguridad en el parque, sobre todo en la esquina de la Wilshire y la Alvarado.
“Es donde las autoridades deben enfocarse más para combatir la drogadicción, hay mucha dentro del parque y eso impide que la comunidad prospere”, expresó.
Hernández reconoció la existencia del problema y prometió trabajar en ello para dar seguridad a los residentes.
“MacArthur Park es el epicentro de la sobredosis de la ciudad de Los Ángeles. Y es algo que no podemos ignorar. Ahora mismo, no es un lugar a donde uno quiera ir”, expresó.
Proyecto
La concejal Hernández reconoció que la comunidad alrededor del parque necesita con urgencia una gran inversión para recuperar y agrandar el área verde para que más familias se vean beneficiadas.
“No se trata sólo de cerrar una calle al tráfico, sino de abrir el vecindario a las posibilidades de los vecinos. Lo más importante es la gente por encima de las necesidades de los automóviles. Se trata de soñar en grande, y qué mejor para una comunidad que necesita urgentemente una inversión profunda”, comentó.
La funcionaria explicó que la primera fase del plan comenzará en agosto con una campaña destinada a recopilar comentarios de los residentes del vecindario cercano de Westlake. También se llevará a cabo un estudio de tráfico para evaluar el impacto del cierre del bulevar Wilshire en los vehículos.
Hernández aseguró que la inversión es de 2.5 millones de dólares para financiar el arranque del proyecto.
“Están sucediendo grandes cosas en MacArthur Park. Estamos seguros de que el proyecto mejorará la calidad de vida de los residentes de Westlake. Lo que estamos haciendo es abordar los años de abandono en el vecindario. Tener espacios verdes abiertos disponibles para el público es lo que construye la resistencia al clima, mejora la salud pública y la seguridad de los barrios y, en última instancia, produce y sostiene comunidades prósperas”, resaltó Hernández.
Durante el próximo año, los planificadores buscarán la opinión de la comunidad, redactarán documentos ambientales y probarán cierres en un intento de cerrar permanentemente esa parte de la carretera.
Los planificadores esperan extender eventualmente el cinturón verde hacia el parque Lafayette, a menos de media milla al oeste.
Por su parte, Laura Rubio-Cornejo, gerente general del Departamento de Transporte de Los Ángeles, dijo que se está preparando a los angelinos para enfrentar el cierre de la Wilshire.
“Se pretende recuperar una sección de la carretera para la gente”, comentó.
Hace casi 90 años, se tomó la decisión de dividir este parque en dos, para priorizar el movimiento de automóviles, sin tener en cuenta la conectividad de una comunidad y sin tomaren cuenta a las personas que vivían y trabajaban en esta zona”.
Rubio-Cornejo opinó que esa decisión alteró para siempre el carácter del vecindario.
“Y afectó todo, desde la seguridad, hasta la calidad del aire para esta comunidad”, comentó. El MacArthur Park está dividido en dos por Wilshire Boulevard. La parte sur consta principalmente de un lago, mientras que la mitad norte incluye un anfiteatro, una concha acústica, campos de futbol y un parque infantil, junto con un centro de recreación operado por el Departamento de Recreación y Parques de la Ciudad de Los Ángeles.
Esta historia fue producida por Ethnic Media Services en colaboración con el Laboratorio de Estrategias Narrativas Ambientales (LENS) de UCLA como parte de la iniciativa Greening American Cities apoyada por Bezos Earth Fund.
Nora Estrada escribió esta historia para Kiosko Magazine, un centro de noticias internacional con sede en Los Ángeles que conecta, informa y entretiene a las comunidades latinas en Los Ángeles y en todo el mundo desde 2011.
“Quieren un parque más grande, pero exigen seguridad” analiza opiniones encontradas entre los residentes de Westlake en cuanto al plan de la ciudad de cerrar un tramo de Wilshire Boulevard para crear un parque Macarthur más grande y más verde que tanto se necesita, sin tomar medidas para mitigar el aumento de la delincuencia, el abuso abierto de sustancias y las agresiones físicas por parte de personas sin hogar y con enfermedades mentales que alejan a los posibles visitantes del parque.
Estrada, periodista y fundadora de Kiosko, afirmó “me apasionan los temas de naturaleza. Siento que los imponentes árboles de los parques y bosques, y la aparente tranquilidad del Océano Pacífico, brindan al ser humano salud mental y la oportunidad de hacer ejercicio para mejorar la salud general”.