From left to right: Dr. Eric Feigl-Ding, Senior Fellow, Federation of American Scientists; Dr. Jose Perez, Chief Medical Officer, South Central Family Health Center; Dr. Ben Neuman, Chief Virologist, Global Health Research Complex at Texas A&M University
Incluso entre las personas vacunadas, los expertos recomiendan el uso continuo de máscaras. Los CDC y la OMS han emitido pautas contradictorias sobre las reglas de mascarillas para quienes ya recibieron sus vacunas.
Por: Jenny Manrique
La reapertura de la economía en medio de la pandemia ha generado confusión entre los estadounidenses sobre si deberían o no continuar usando máscaras. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC en inglés) dicen que las personas vacunadas pueden renunciar a la mascarilla, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que incluso aquellos que ya han recibido la doble dosis contra la COVID-19, deberían continuar utilizando esta protección. No hay una política federal uniforme y los estados y condados siguen emitiendo sus propias pautas.
Tres expertos médicos convocados por Ethnic Media Services advirtieron que las máscaras están para quedarse, especialmente por la rápida propagación de la potente variante Delta, una de las más contagiosas y mortíferas de las cepas hasta ahora identificadas del coronavirus. Más transmisibles que otras variantes como la P1 y Alfa, en incluso que enfermedades como la viruela.
“La variante Delta es una variante pandémica 2.0”, dijo el doctor Eric Feigl Ding, científico de salud pública quien es miembro principal de la Federación de Científicos Estadounidenses. “Es dos veces más transmisible que la cepa más antigua de Wuhan 1.0 y genera 4,9 veces mayor riesgo de hospitalización que la cepa original…Básicamente es más rápida, más severa y es muy evasiva para las vacunas”.
Delta es la variante dominante en Reino Unido e India donde los contagios por COVID se han disparado. Y como la inmunidad ofrecida por las vacunas apenas se alcanza un tiempo después de recibir las dos dosis, y aun así la gente vacunada todavía puede transmitir el virus, renunciar a las máscaras es alimentar la cadena de contagio.
“La ciencia ya se puso de acuerdo sobre el uso de máscaras”, dijo Ding. “Varios estudios incluidos los del CDC han mostrado cómo las máscaras ayudan, especialmente si se usa doble máscara, en la reducción de los aerosoles inhalados por otra persona”.
El científico enfatizó que la mejor protección viene sin duda de las llamadas máscaras premium de uso más común entre personal médico: K95, FFP2, N95, 3M. Pero usar una máscara doble de tela, reduce considerablemente los riesgos de contagio.
La mayor discusión ahora es si la gente vacunada debería continuar usándolas y esta respuesta depende de la eficacia de las vacunas que se testea cada vez más con la aparición de nuevas variantes. Los médicos advierten que la constante mutación del virus favorecerá la aparición de otras cepas, porque mientras la inmunidad del rebaño no sea alcanzada el coronavirus seguirá circulando. Y la inmunidad es una meta esquiva en Estados Unidos donde solo la mitad de la población está vacunada, e incluso en algunos condados las tasas de inoculación apenas alcanzan el 20%.
“En cualquier lugar donde el virus esté creciendo, ya sea en un niño o una persona joven, incluso si no hay enfermedad, el virus está cambiando, entonces las mutaciones continuarán acumulándose indefinidamente”, dijo el doctor Ben Neuman, virólogo jefe del complejo de investigación de salud global de la Universidad A&M de Texas.
“Cuanto más lo dejamos (al virus) infectar en masa y no tomemos medidas de mitigación contra él, eventualmente encontrará a una persona inmunodeprimida o alguien que sufre de cáncer, y tendremos otro trastorno inmunológico o mutaciones aún peores”, agregó Newman.
En las últimas tres semanas los casos de COVID han aumentado en todo el país. En el sur de los Ángeles donde opera la clínica comunitaria South Central Family Health Center apenas el 40% de los habitantes ha recibido dos dosis de la vacuna. El doctor José Pérez, director médico de ese centro dijo que para proteger aquellos no vacunados, que hoy son la mayoría, “incluso las personas vacunadas deberían usar máscaras, especialmente cuando van a estar en contacto con grupos grandes”.
A pesar de la gravedad de la variante Delta, el doctor cuenta que la demanda de vacunas en LA ha bajado y que mientras los CDC “tratan de hacer recomendaciones para todo un país”, la medicina requiere ver a cada paciente en su unicidad y por lo tanto hay que “adaptar el mensaje” para las distintas poblaciones y riesgos.
“Muchos de nuestros pacientes sufren de ansiedad y depresión… y vimos una tremenda caída en el número de personas que buscan servicios de salud mental porque los médicos usaban máscaras”, dijo Pérez. “Tuvimos que implementar la telemedicina para que nos vieran las caras porque sentían que se estaban perdiendo las señales sociales en estas interacciones… El mensaje debe ser que el beneficio de quizás perder algo de eso es el hecho de que se pueden prevenir una, dos o tres o 1000 muertes”.
Regreso a clases
Mientras se desarrolla una vacuna para los niños menores de 12 años -cuyos ensayos clínicos se esperan para fines de septiembre y principios de octubre- existe la preocupación sobre la interacción de alumnos que pueden portar y transmitir el virus, con maestros y padres. Los CDC han dicho que la reapertura de las escuelas depende de la transmisión comunitaria, sin sugerir reglas específicas respecto a vacunas, uso de máscaras o condiciones mínimas de ventilación, decisiones que quedan en manos de los condados.
“Realmente necesitamos máscaras para niños”, dijo el dr. Ding. “Pero más que eso, necesitamos ventilación y desinfección del aire porque no siempre podemos abrir ventanas (en los salones) y no se puede decir simplemente que los niños son inmunes, eso no es cierto.”
“La solución para una transmisión aérea es la desinfección del aire con filtros HEPA y UVGI recomendados por los CDC, y que todos los maestros pueden comprar para las escuelas con el dinero del paquete de alivio (federal) para COVID”.
Los científicos coincidieron en que así como la CDC y la OMS se contradicen en sus mensajes, hay muchas teorías circulando en las redes sociales promovida por el movimiento anti-vacunas o quienes no creen el virus, que pueden influir las decisiones de las personas.
“Creo que los CDC están dando credibilidad a quienes dicen que no necesitamos reglas, pero la infección masiva no es una estrategia”, agregó Ding. “Los líderes estatales de salud pública deben entender que hasta que las vacunas sean lo suficientemente altas, tenemos que enfocarnos en otras cosas que están en sus manos como máscaras, ventilación, desinfección, rastreo de contactos y pruebas masivas en hotspots.”
El doctor Perez opina que “todos los estadounidenses están escuchando todas estas voces diferentes, y van a elegir una que les encaje… Espero que los CDC sean un poco más agresivos porque aunque a muchos segmentos de la población no les guste la idea, creo que las máscaras llegaron para quedarse”, concluyó.