La población de sin techo de Los Ángeles está experimentando un aumento del número de latinos que viven en la calle, una tendencia alimentada por la pandemia del COVID-19 y las crecientes tasas de consumo de drogas y adicción.
"Lo hemos conseguido porque hemos cambiado nuestra mentalidad y nuestras creencias. Ahora creemos que la falta de vivienda es un problema comunitario".