From left to right: Wade Henderson, Interim President, The Leadership Conference on Civil and Human Rights & The Leadership Conference Education Fund; John C. Yang, President and Executive Director, Asian Americans Advancing Justice | AAJC; Jacqueline De Leon, Staff Attorney, Native American Rights Fund; Sean Morales-Doyle, Acting Director, Democracy Program
Mientras legislaturas aprueban leyes restrictivas, republicanos en el Senado utilizaron por cuarta vez el obstruccionismo para bloquear el debate sobre la Ley de Promoción de los Derechos Electorales de John Lewis.
Por: Jenny Manrique
33 leyes que dificultan el acceso al voto fueron aprobadas en 19 estados solo en 2020 y 425 iniciativas para introducir nuevas reglas de votación que dificultan la ida a las urnas pasaron por las legislaturas de 49 estados.
Pero estos “proyectos de ley monstruosos” de supresión de votantes, no son el único ataque al derecho al voto, observó Sean Morales-Doyle, director interino del Programa de Democracia del Brennan Center para la justicia, centro que hizo el diagnóstico.
“Ahora también lo vemos en este ciclo de redistribución de distritos donde los estados han introducido mapas que diluirán y debilitarán el poder de las comunidades étnicas en las urnas”, agregó Morales-Doyle durante una rueda de prensa convocada por Ethnic Media Services y la Conferencia de Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos (LCCR en inglés).
Aunque hubo una participación récord en las urnas en 2020, todavía existe una una brecha creciente entre votantes blancos y votantes étnicos en lugares como Florida, Georgia, Texas y Iowa. “Está en su nivel más alto en un cuarto de siglo… Y nos enfrentamos a estos ataques, con menos herramientas disponibles para combatirlos que las que teníamos en el pasado”.
Morales-Doyle se refirió a dos fallos de la Corte Suprema que debilitaron la Ley de Derechos Electorales de 1965: En 2013 Shelby v. Holder acabó con la sección V de la Ley que exigía una autorización previa del Departamento de Justicia para que estados con historial de discriminación de votantes, efectuaran cambios en la legislación electoral.
Y apenas en julio de 2021 Brnovich v. DNC tumbó la sección II de la Ley que permitía a grupos de derechos civiles en todo el país presentar demandas contra prácticas desafiantes que violaran el derecho al voto.
A pesar de estos obstáculos, el Brennan Center actualmente está demandando al estado de Texas por la aprobación de la ley SB1 que prohíbe las horas de votación anticipada durante la noche y la votación drive-thru, las más populares entre los votantes étnicos.
“La democracia está en peligro y hay demasiados en este país que no reconocen la urgencia del momento”, dijo por su parte Wade Henderson, presidente interino y director ejecutivo de la LCCR. “La insurrección del 6 de enero mostró sin duda la fragilidad de nuestra democracia, y las legislaturas estatales ahora están empeñadas en perpetuar la gran mentira de Donald Trump”, sobre un supuesto fraude electoral.
Henderson se refirió al “fracaso” de la semana pasada cuando los republicanos en el Senado, por cuarta vez desde junio, utilizaron el obstruccionismo para bloquear el debate sobre la Ley de Promoción de los Derechos Electorales de John Lewis.
A pesar de que el 3 de noviembre, la senadora republicana de Alaska Lisa Murkowski se convirtió en el voto afirmativo 51º para discutir esta propuesta, “su falta de voluntad (de los republicanos) para apoyar la legislación demuestra cómo el hiper-partidismo ha superado el apoyo bipartidista de larga data a los derechos de voto… El partido de Lincoln se ha convertido en el partido de la ansiedad, el miedo y el resentimiento”, agregó.
La LCCR ha publicado 13 informes estatales que documentan la discriminación racial generalizada y perniciosa en la votación. En Carolina del Norte, por ejemplo, se han emitido leyes que atacan “con precisión quirúrgica” el voto de la comunidad afroamericana. En Florida y Georgia, se convirtió en delito dar refrigerios a los votantes que esperan en las filas. Y en Texas, se han promulgado estrictas leyes de identificación de votantes que afectan a minorías.
Los defensores promueven con fiereza la aprobación de la Ley John Lewis y de la Ley de libertad de voto en el Senado que permitirían entre otras cosas ampliar la votación anticipada, tener un registro automático de votantes y restaurar los derechos de voto a las personas que han cumplido una pena de prisión.
Estas disposiciones son especialmente relevantes para comunidades como la nativo americana que carecen de lugares de votación en las reservas, lo que obliga a los electores a conducir hasta 100 millas por pésimas carreteras hacia pueblos fronterizos donde el racismo es predominante. En territorios nativos el limitado servicio de correo dificulta considerablemente el registro y el voto en ausencia.
Jacqueline De Leon, abogada de planta del Fondo de Derechos de los Nativos Americanos
(NARF), señaló que “los nativos votan si se les brinda una oportunidad justa, pero con demasiada frecuencia no se les da esa oportunidad justa”.
De Leon citó varios ejemplos de una activa discriminación contra los nativos. En Utah, un secretario del condado cometió fraude para expulsar al candidato nativo de la boleta electoral y en un condado de Dakota del Sur, los funcionarios designaron un gallinero como lugar de votación para los nativos americanos. En Montana, en la última sesión legislativa, se deshizo el registro de votantes el mismo día.
“Necesitamos desesperadamente protecciones federales y una reforma del derecho al voto en el país indio… Tenemos la obligación de hacerlo porque esta es la cuestión de derechos civiles más central de nuestro tiempo para proteger la democracia estadounidense.”
Para John C. Yang, director ejecutivo de Asian Americans Advancing Justice (AAJC) si el Senado finalmente debate estas dos leyes para proteger los derechos electorales de las minorías, permitiría que “las comunidades no se sintieran menos ciudadanas por su condición de inmigrantes, porque tienen un dominio limitado del inglés, o porque tienen diferentes medios socioeconómicos que no les permiten votar durante un horario de 9 a 5 pm”. Yang resaltó la importancia para las minorías de tener materiales de votación en varios idiomas y votar por correo.
Dijo que los estadounidenses de origen asiático se han convertido en el grupo étnico de más rápido crecimiento en el país y después del censo de 2020, representan el 7% de la población. “En 2020 tuvimos un aumento de más del 20% en la participación electoral, el mayor aumento de cualquier grupo étnico en comparación con 2016”.
“Tenemos personas de todas las tendencias políticas. Pero en lo que creemos firmemente es en que la voz de todos es importante, y asegurarnos de que tengan la capacidad de que se escuche su voz es importante”, añadió.
Los panelistas enfatizaron en que los derechos electorales son un tema sin partido, que tienen amplio apoyo entre la población y que está en manos del Congreso priorizar estas dos leyes para expandir la democracia.