Tuesday, December 3, 2024
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    Escuela en Westlake reemplaza asfalto con zonas verdes y todos se benefician

    Líderes señalan que la escuela del Siglo 21 se conocerá por sus espacios verdes, que se integran en la enseñanza, y se convierte en ejemplo para otros planteles en Los Ángeles.

    Araceli Martínez Ortega | La Opinión

    María Torres está maravillada al ver como la Esperanza Elementary School, la escuela a la que asiste su hija Bella, ha reemplazado gradualmente el cemento por áreas verdes.

    “Me encanta ver más jardines y que hayan plantado árboles. Antes era puro cemento y estaba bastante caliente. Ahora mi niña puede explorar la naturaleza; y saber que los árboles y las plantas nos dan aire puro y oxígeno; y en tiempo de calor, nos aportan sombra”, dice.

    Agrega que su niña, que asiste al tercer grado, la sorprende con sus comentarios al llegar a casa.

    “Me platica de las abejas y las aves que llegan al hábitat creado en la parte de atrás de la escuela; y de la experiencia de que vengan a visitarlos diferentes animales como pájaros y abejas”. 

    Bella le platica emocionada sobre la naturaleza, la tierra y cosas que su madre desconocía. “Así que yo también me estoy educando”.

    Brad Rumble, director de la Esperanza Elementary School dialoga con los niños en el hábitat de vida silvestre.
    Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

    Esperanza Elementary School ubicada en el barrio de Westlake de Los Ángeles tiene una población estudiantil de 630 estudiantes, desde niños de tres años que asisten al kinder de transición, hasta el quinto grado. El 97% de los estudiantes son latinos, muchos de ellos inmigrantes de Centro y Sudamérica. 

    “Estamos al oeste de los rascacielos del centro de Los Ángeles y al este del parque MacArthur en el concurrido bulevar Wilshire”, dice Brad Rumble, quien ha sido director de la Esperanza Elementary School por casi diez años y en su carrera de 34 años ha trabajado para tres escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD).

    “Parte de mi trayectoria como educador ha sido reconocer la necesidad de espacios verdes, porque si afuera no hay oportunidades para que los niños exploren la naturaleza, podemos hacerlas posibles en el interior del campus”.

    Recuerda que cuando llegó a la Escuela Esperanza, se encontró con mucho concreto y asfalto. Hoy en día se siente orgulloso, porque han logrado reemplazar 10,000 pies cuadrados de asfalto por espacios naturales

    “Encontré dos pequeños jardines en el frente de la escuela, y de hecho me alegré mucho cuando vi un árbol en el estacionamiento. En mis escuelas anteriores, Leo Politi Elementary School y Pico Union, tuvimos éxito al tomar una parte del campus que realmente nadie usaba y convertirlo en un espacio verde para estudiantes y profesores”.

    Cuando llegó a la Escuela Elemental Esperanza en 2014, quiso aplicar lo que había aprendido en sus experiencias anteriores.

    “Lo que encontré aquí en este patio, fue mucho concreto y algunos huecos para los árboles, pero eran pequeños. También teníamos tres palmeras que eran muy altas y no daban mucha sombra”.

    De manera que el -entonces- nuevo director se puso a pensar cómo reimaginar ese espacio para hacerlo más natural y sacarle jugo para hacerlo más verde.

    Hoy en día, se siente satisfecho de haber creado un jardín en el medio de la escuela así como un hábitat de vida silvestre en la parte de atrás.

    “Trabajé con Oaktree Capital Management, un negocio en el centro de Los Ángeles que estaba celebrando su aniversario número 20 y ellos nos ayudaron donando árboles nativos alrededor del perímetro del campus”.

    Uno de esos árboles es el palo verde y el otro es el roble vivo de la costa que fue un regalo de los padres de la Leo Politi Elementary. Estos árboles ahora ofrecen sombra y contacto con la naturaleza a todos los que caminan por la escuela.

    “Hemos plantado más de 20 árboles”, dice con orgullo.

    Una niña está explorando el hábitat de vida silvestre de la Esperanza Elementary School.
    Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

    Un proyecto que beneficia a toda la escuela

    El jardín interior de la Escuela Elemental Esperanza despide un perfumado aroma que proviene de los arbustos de la salvia clevelandii (cleveland sage), una planta nativa de la región. También se observan los arbustos Toyon que suelen crecer en el sur de California.

    “Esta es la planta que le da nombre a Hollywood porque tiene frutos rojos que parecen frutas. Y cuando la gente vino a desarrollar Hollywood, vieron este árbol con este arbusto con bayas y dijeron: “oh, es como un acebo, y le llamaron Hollywood”.

    La transformación del patio interior en un jardín fue un proyecto del LAUSD, a través de su programa Seeds que proporciona fondos para mejorar y crear entornos de aprendizaje saludables al aire libre que apoyan el plan de estudios.

    “Tuvimos que pedir el dinero, y trabajamos muy de cerca con el distrito escolar para hacerlo posible. Nos dieron $100,000 para este proyecto, ”.

    En el transformado jardín interior de la Escuela Esperanza, los maestros se sientan a disfrutar su almuerzo bajo los árboles de un lado; y del otro lado, los niños juegan bajo la sombra.

    “En total nos llevó cinco años desarrollar este proyecto”, dice.

    El director Rumble afirma que los maestros y estudiantes han salido beneficiados con el reemplazo del cemento por árboles y jardines.

    “La realidad es que en el centro de Los Ángeles, no hay muchos espacios para que los niños corran y jueguen; y hemos creado estas áreas para ayudarlos a conectarse con la naturaleza sin tomar un autobús escolar para hacer una excursión”.

    Considera que la sombra es algo muy importante, más aún cuando todos están preocupados por el cambio climático y el planeta se está calentando. 

    “Es un hecho que en Los Ángeles tenemos muchos días calientes. ¿Qué hacen los niños en un patio de juegos en un día caluroso? Buscan sombra. Por tanto, necesitamos hacer la sombra disponibles para ellos”.

    El director explica por qué las escuelas no se diseñaron con zonas verdes en décadas anteriores.

    “Creo que en el siglo 20, el pensamiento era hacer las cosas planas y seguras, y respeto eso, pero ahora sabemos más del daño que provoca el sol, y que hay formas creativas de hacer el patio de la escuela un espacio más natural para los estudiantes. Así que creo que los campus del siglo 21 van a lucir diferentes que los del siglo 20. Y algunas de las cosas que estamos haciendo ofrecen ejemplos de eso”.

    La Esperanza Elementary School en Westlake, Los Ángeles, era ante puro cemento.
    Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

    Más planes para reverdecer la escuela

    El director Rumble dice que trabaja con las organizaciones no lucrativas Los Angeles Neighborhood Land Trust, y The Trust of Public Land que han recibido subsidios del estado, uno de ellos de California Natural Resources Agency y otra de Cal fire que le darán a la Esperanza Elementary, $3 millones para renovar el campo de juegos y otros espacios.

    “Gran parte de esta subvención es para poner más suelo natural, y que los niños jueguen en el pasto en lugar de asfalto y plantar muchos más árboles”.

    Añade que el reverdecimiento de las escuelas es parte del plan estratégico del LAUSD. 

    “El superintendente Carvalho ha visto estos espacios y reconoce su importancia”, afirma Rumble.

    Los estudiantes toman diferentes clases en el hábitat silvestre del plantel creado hace ocho años en la Escuela Esperanza.

    “No le llamamos jardín, porque realmente es un lugar para seres vivos, y los estudiantes vienen aquí a tomar clases de geometría y ciencias”.

    Dice que esto se debe a que en la naturaleza ocurren formas tridimensionales y es genial escuchar a un niño en el jardín de infantes establecer la conexión entre la imagen del cono en su papel y el pico de un pájaro.

    Y agrega que en este proyecto contaron con el apoyo de Los Angeles Audubon Society que fue a la escuela y trabajó con sus alumnos para imaginar cómo era California hace 600 años.

    “Estudiaron el suelo y determinaron qué plantas nativas de California habrían crecido en Westlake hace 600 años. Y plantamos pequeñas plantas en aquel entonces, árboles pequeños: y en estos ocho años, se han desarrollado junto con los niños”.

    En el hábitat silvestre de la Escuela Esperanza hay salvias, trigo sarraceno, y árboles como el roble vivo de la costa y sicomoro occidental. Realza el espacio un enorme mural realizado por el inmigrante mexicoamericano, Jonathan Martínez.

    Cuando le preguntamos a la maestra de kinder Cynthia Barrilleaux, quien enseña geometría a los niños en el hábitat, cuál es el principal beneficio que ha observado deja en los niños el lugar, dice que conectan lo que aprenden en el aula con el medio ambiente y el mundo que los rodea.

    “Los niños disfrutan mucho mientras aprenden; luego ellos comparten esa información con sus familiares y padres, y vienen emocionados a la escuela porque estamos aplicando las matemáticas en el hábitat ”.

    Comparte que a nivel personal le hace feliz tener más espacios verdes en la escuela. 

    La maestra Elizabeth Williams enseña ciencias en la Esperanza Elementary School.
    Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

    “A los estudiantes y a mí nos hace sentir más calmados. Es muy bueno para la salud mental. A veces estamos mucho tiempo en el salón de clases y en el asfalto y cuando salimos a la naturaleza, eso nos da paz”.

    Elizabeth Williams, una maestra retirada, trabaja dos días a la semana, enseñando ciencias a los estudiantes de tercero y cuarto grado, en el hábitat de la escuela.

    “Estudiamos la naturaleza que se encuentra en este hermoso hábitat; y los estudiantes lo han visto crecer desde que eran pequeñas plantas; y se encuentran con insectos, polinizadores; y ellos sienten curiosidad de todo, y he notado que se quedan quietos observando las plantas y las aves”.

    Añade que esto es muy útil para estos niños que viven en la ciudad y no tienen mucho acceso a la naturaleza y para aprender más sobre ella.

     “Ven una tortuga y enseguida van a sus IPad o iPhone a buscar más información porque quieren saber más”.

    Dice que también hablan del cambio climático, cómo se relaciona con ellos y quién lo está creando.

    “Es una especie de introducción a las cosas con las que se enfrentarán en el futuro cuando sean adultos”.

    El ejemplo de la Escuela Esperanza es muy importante ya que la Iniciativa Green Schoolyards America reveló en un estudio que 2.6 millones de estudiantes en todo el estado interactúan diariamente en patios escolares con menos del 5% de sombra de árboles.

    Krisztina Tokes, directora ejecutiva de instalaciones del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles ( LAUSD) dijo en una conferencia de prensa reciente de Ethnic Media Services que la necesidad de transformar los patios de las escuelas es enorme.

    “La mitad de nuestras escuelas, 485, tienen menos de 30% de espacios verdes; más de 200 escuelas tienen menos del 10%. La buena noticia es que hemos invertido casi $500 millones en proyectos verdes que están en proyecto y cuyo objetivo es reverdecer el 30% de los patios para la educación temprana”.

    Esta historia fue producida por Ethnic Media Services en colaboración con el Laboratorio de Estrategias Narrativas Ambientales (LENS) de UCLA como parte de la iniciativa Greening American Cities apoyada por Bezos Earth Fund.

    Araceli Martínez Ortega

    Araceli Martínez Ortega escribió esta historia para La Opinión, el periódico en español más grande de los EE. UU. y el segundo periódico más leído en Los Ángeles, fundado en 1926.

    Escuela en Westlake reemplaza asfalto con zonas verdes y todos se benefician” presenta el resultado de un esfuerzo histórico exitoso para reemplazar 10,000 pies cuadrados de asfalto con espacios verdes en el campus de la Escuela Primaria Esperanza en el vecindario Westlake de Los Ángeles, donde el 97% de los 630 estudiantes son latinos.

    Ortega, reportera de La Opinión desde 2006, dijo sobre su experiencia como becaria: “Nací y crecí junto al mar, pero también cerca del campo. Por eso necesito la brisa del mar y los árboles para encontrar la paz y recargar mis pilas. Escribir estas historias me ha hecho más consciente de la importancia que tienen la naturaleza y los espacios verdes para nuestra salud en todos los aspectos; y pude ver más claramente la urgencia de plantar más árboles y crear más parques en los barrios latinos de Los Ángeles”.

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