Para nivelar las condiciones de los estudiantes, las universidades privadas de California tienen ahora prohibido favorecer a los hijos de donantes y antiguos alumnos.
La nueva ley, cuyo autor es el asambleísta demócrata de San Francisco Phil Ting, fue firmada por el gobernador Newsom en septiembre de 2024. Esta legislación entrará en vigor en septiembre de 2025 y llega a la sombra de la anulación de la Acción afirmativa por el Tribunal Supremo federal en junio de 2023.
“No me sorprendió que consiguiéramos aprobar este proyecto de ley a raíz de la anulación de la Acción afirmativa. Era el momento oportuno”, dijo Ting en una entrevista concedida el jueves 7 de noviembre a Ethnic Media Services. “Si no se puede ofrecer un trato preferente basado en la raza para hacer frente a la discriminación racial del pasado, ¿por qué seguir ofreciendo un trato preferente a los estadounidenses más ricos, que pueden comprar todo tipo de ayudas para sus hijos en el proceso de admisión?”.
Durante el fallo del Tribunal Supremo sobre la Acción afirmativa, el juez Neil Gorsuch, quien coincidió con la decisión de 6-3, criticó las admisiones heredadas porque “sin duda beneficia(n) más a los solicitantes blancos y ricos.”
La versión original del proyecto de ley de Ting, AB 1780 (proyecto de ley de la Asamblea), habría obligado a las universidades privadas sin ánimo de lucro de California que consideran el legado en las admisiones a pagar una cuota igual a la cantidad que reciben en Cal Grants, la principal ayuda estatal para pago de inscripción para estudiantes con bajos ingresos.
En 2023, más de 25,000 estudiantes de universidades privadas de California recibieron alrededor de 230 millones de dólares en fondos Cal Grant.
Sin embargo, después de que la Asociación de Colegios y Universidades Independientes de California -una coalición de más de 80 escuelas de este tipo- se opusiera al proyecto de ley, se aprobó una forma enmendada que solo requiere que las escuelas aparezcan en una lista del Departamento de Justicia del estado.
Esta versión, que fue aprobada con 55 asambleístas a favor y ninguno en contra, es similar a la AB 697, un proyecto de ley de 2019 de Ting que precisa que las universidades y colegios privados informen anualmente sobre sus datos de las admisiones por legado.
“Esta es una práctica común”, explicó Ting. “Donde tenemos proyectos de ley sin multas o tarifas en ellos, confiamos en el Fiscal General para hacer cumplir la ley, por lo que la Oficina del Fiscal General tendría la oportunidad de demandar a las universidades que no cumplan”.
“El principal argumento de la oposición es que poner fin a las admisiones por herencia afectará a su capacidad para recaudar fondos, lo que creo que no es sincero, porque no anuncian abiertamente: ‘Si nos das 5 millones de dólares, admitiremos a tu hijo’”, continuó. “Al decir que esto afectará a su recaudación de fondos, ¿Acaso no están admitiendo que el dinero inclina la balanza en su proceso de admisión?”.
“Las escuelas informan por sí mismas de sus datos de admisión, por lo que el Estado se basa en ellos sin verificarlos, lo cual es todo un problema en sí mismo; e incluso con esto, estas cifras son sorprendentemente altas”, añadió.
En 2022, por ejemplo, las admisiones heredadas representaron aproximadamente el 14.4% de las inscripciones en la Universidad del Sur de California, el 13.8% en la Universidad de Stanford y el 13.1% en la Universidad de Santa Clara.
Ese año, más de 3,300 de los 31,633 estudiantes universitarios admitidos en las más de 100 universidades privadas de California fueron admisiones heredadas.
“Este proyecto de ley obtuvo apoyo bipartidista. Fíjense en el Tribunal Supremo en el caso de la anulación de la Acción afirmativa: no creo que sea una cuestión partidista que las admisiones heredadas sean una práctica que ya no se pueda defender”, afirmó Ting.
Según una encuesta de Pew Research de 2022 (centro de investigación no partidista que informa al público sobre las cuestiones, actitudes y tendencias que configuran el mundo), el 75% de los estadounidenses cree que las admisiones heredadas no deberían tenerse en cuenta en las admisiones universitarias.
La misma encuesta reveló que la desaprobación pública de la Acción afirmativa varía más entre líneas partidistas.
Entre los republicanos, el 87% desaprueba la Acción afirmativa, frente al 62% de los demócratas.
En términos raciales y étnicos, el 79% de los adultos blancos desaprobaban la Acción afirmativa, frente al 68% de los adultos hispanos, el 63% de los asiático-americanos y el 59% de los adultos negros.
Una encuesta de Pew de 2023 reveló que, en general, alrededor del 50% de los estadounidenses desaprobaba el que un grupo selecto de universidades selectivas tuvieran en cuenta la raza y el origen étnico para incrementar la diversidad; el 33% lo aprobaba y el 16% no estaba seguro.
Dada esta desaprobación pública en general de las admisiones heredadas, Ting dijo que no preveía ningún impacto en la aplicación de su proyecto de ley con una nueva administración bajo el presidente electo Donald Trump.
El proyecto de ley une a California con otros cuatro estados que han prohibido las admisiones heredadas para universidades y colegios privados o públicos: Illinois, Maryland, Virginia y Colorado.
Una prohibición de todas las admisiones heredadas en universidades públicas y privadas, la Fair College Admissions Act (Ley de admisiones universitarias justas), está pendiente en Nueva York.
“Al elaborar este proyecto de ley, nos fijamos sobre todo en la legislación de Nueva York, que implica una prohibición directa y luego una multa”, explicó Ting. “La primera vez que presenté este proyecto de ley fue en 2019. No pudimos sacarlo adelante, así que lo cambiamos por el proyecto de ley de recopilación de datos que se aprobó… Esos datos fueron bastante útiles para aprobar el proyecto de ley este año, ya que pudimos tener una idea más clara de las muchas admisiones heredadas que tenían estas universidades.”
¿Cuál es el mayor obstáculo que queda por nivelar las condiciones de acceso a las universidades y colegios para los estudiantes californianos?
“No todo el mundo tiene el mismo acceso a la educación K-12, en particular los estudiantes de bajos ingresos”, dijo. “Pero la principal diferencia con respecto a cuando yo me presentaba a la universidad hace más de 30 años -y lo estoy viendo con mi hija, que se presenta ahora- es que hay muchos más estudiantes que solicitan apenas más plazas. Las universidades privadas no están a la altura de la demanda”.
Esta cobertura es posible gracias al proyecto de reportaje de Ethnic Media Services / AAJC sobre la diversidad después de la Acción afirmativa.