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En la larga batalla contra la COVID-19, el reciente anuncio de Moderna de que busca la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA en inglés) de su vacuna para niños más pequeños, fue celebrado por la comunidad médica que espera “ansiosamente” ver los datos completos de su eficacia y seguridad.
“Hemos visto que nuestros pacientes más jóvenes se están enfermando y yendo al hospital por COVID… incluso los niños previamente sanos pueden desarrollar complicaciones y el síndrome inflamatorio multisistémico”, dijo la Dra. Manisha Newaskar, neumóloga pediátrica de Stanford Children’s Health durante una conferencia de prensa convocada por Ethnic Media Services el 29 de abril.
“Los datos aún necesitan una revisión completa, pero tenemos que educar a nuestras familias y animarlas a que vacunen a nuestros pequeños”. La vacuna requerirá dos dosis con un mes de diferencia y se espera que esté autorizada en junio. Los padres han dudado acerca de las vacunas para sus hijos debido al riesgo de miocarditis que, según explican los expertos, es menor a medida que disminuye el rango de edad.
“Las escuelas pueden desempeñar un papel en la distribución de la vacuna”, dijo el Dr. Ben Neuman, profesor de biología y virólogo jefe del Global Health Research Complex en Texas A&M University. “Hay 500 muertes por año de meningitis bacteriana, y esa es una de las cosas contra las que las escuelas normalmente requieren vacunación… COVID-19 genera cerca de 350 muertes en el mismo grupo de edad en el lapso de un año. Esta debe ser una de las vacunas que formen parte de la funcionalidad de la escuela”.
Moderna solicitó previamente a la FDA que autorizara su vacuna para niños de seis y 11 años y de 12 a 17 años, cuyos datos se espera que se presenten antes del 9 de mayo.
La noticia vino acompañada de otro desarrollo de la empresa biotecnológica: una vacuna bivalente que busca brindar una protección más fuerte y duradera contra nuevas variantes.
“Cada año actualizamos nuestra vacuna contra la influenza y ahora es una vacuna tetravalente. Contiene cuatro antígenos diferentes. Entonces el pensamiento de los científicos es hacer algo similar con COVID”, explicó el Dr. William Schaffner, profesor de medicina preventiva en el Departamento de Políticas de Salud y profesor de medicina en la División de Enfermedades Infecciosas de la escuela de medicina de la Universidad de Vanderbilt.
“Al expandir los antígenos en las vacunas, obtenemos una cobertura más amplia contra estas variantes en el futuro”.
La rapidez con que aparecen, mutan y se extinguen las distintas cepas de las variantes es algo que requiere un rápido desarrollo de vacunas multivariantes. La variante BA2 Omicron que surgió a fines de noviembre en los Estados Unidos casi ha desaparecido, pero ha sido reemplazada por una subvariante que es aún más contagiosa: la BA.2.12.1
“Necesitamos abogar por que la FDA actualice las vacunas más rápido considerando que solo estamos ajustando un poco la proteína de espiga”, dijo el Dr. Eric Feigl-Ding, cofundador y miembro de la junta de la Red Mundial de Salud, y jefe de grupo de trabajo COVID en el Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra. “Deberíamos poder hacer una fase dos (de aprobación) y luego permitir que estas nuevas fases adapten las vacunas con bastante rapidez…”.
Los expertos también opinaron sobre la eliminación de los mandatos de mascarilla en el transporte público, que ya se adaptaron varios sistemas de tránsito de EE. UU., incluidas las aerolíneas.
“No dejamos de usar cascos, desabrocharnos los cinturones de seguridad y conducir ebrios simplemente porque las camas de los hospitales no están llenas. Creo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) se están olvidando de (las estrategias) de prevención tratando de impulsar el regreso a la normalidad”, agregó el Dr. Feigl-Ding, quien destacó el hecho de que incluso para las personas que reciben el refuerzo de las vacunas, la protección contra la hospitalización y la muerte es del 90-95% pero la protección contra la infección es solo del 45%.
No dejamos de usar cascos, desabrocharnos los cinturones de seguridad y conducir ebrios simplemente porque las camas de los hospitales no están llenas
Dr. Eric Feigl-Ding, cofundador y miembro de la junta de la Red Mundial de Salud, y jefe de grupo de trabajo COVID en el Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra.
“Los adultos ahora están saliendo a reuniones, fiestas, bares, restaurantes, clubes nocturnos, incluso más que antes cuando eran precavidos…. La probabilidad de transmisión es mayor y alguien puede tener niños inmunocomprometidos en el hogar o miembros de la familia que en realidad podrían tener un resultado grave (de la infección)”.
El Dr. Schaffner está de acuerdo en que la medida podría aumentar la vulnerabilidad de las personas ya frágiles y sugirió que las personas tomen decisiones por sí mismas sobre el momento de dejar la mascarilla en casa. “¿Eres mayor? ¿Tiene una enfermedad subyacente, una enfermedad cardíaca o una enfermedad pulmonar? ¿Estás inmunocomprometido? ¿Eres una persona que está cuidando a alguien? Continúen siendo muy cuidadosos”.
Los oradores enfatizaron que la vacunación es segura y que los refuerzos son esenciales para fortalecer la inmunidad contra la COVID-19 y sus efectos a largo plazo, como dolores de cabeza, fatiga, trastornos del sueño, dolores de estómago, opresión en el pecho y pérdida de apetito, entre otros.