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Empresas étnicas en la postpandemia: ¿saldrán a flote o se quedarán atrás?

From left to right: Everett Sands, CEO, Lendistry; Ro Khanna (D), Representative, California’s 17th Congressional District; Virginia Ali, Co-founder, Ben’s Chili Bowl

200.000 pequeñas empresas cerraron permanentemente durante la pandemia. El acceso a préstamos federales fue limitado ¿Cómo podrán seguir en pie los propietarios étnicos en el marco de la reapertura económica del país?

Por: Jenny Manrique

Desde una esquina de la emblemática calle U en Washington DC, Ben’s Chili Bowl ha servido por más de seis décadas desde comensales que se manifestaron en la marcha por los derechos civiles liderada por el Dr. Martin Luther King, hasta afroamericanos de comunidades segregadas, presidentes y turistas de todo el mundo.

Y a pesar de toda la historia que ha visto este lugar, abierto por Ben y Virginia Ali en 1958, nada se compara con lo vivido en el último año de pandemia.

“Nada ha sido tan desafiante como esta pandemia. Ha sido un momento muy difícil para nosotros”, contó Virginia Ali, quien a sus 86 años sigue al frente del pequeño negocio que trajo al mercado de los perros calientes un chile preparado con especias picantes de Trinidad y Tobago, de donde su esposo era originario.

“Hemos perdido muchos amigos, y visto el impacto en muchas vidas que dependen de que Chili Bowl permanezca abierto”, digo Ali durante una conferencia organizada por Ethnic Media Services que le puso lupa no solo al impacto de la COVID-19 en más de cuatro millones de empresas propiedad de minorías en los Estados Unidos que generan unas ventas anuales por un total cercano a los $ 700 mil millones, sino a su rol en la apertura económica que se avecina.

“Cuando la pandemia llegó en marzo teníamos el horario de reservas más ocupado esperando a dos grandes grupos de estudiantes que venían a Washington… incluso United Airlines nos había hecho una historia en la portada de su magazín de vuelo pero no pudimos recibir los beneficios de ello porque los vuelos se cancelaron”, contó Ali.

De tener su negocio abierto por casi 20 horas al día, pasaron a abrir solo seis, trabajando principalmente en domicilios y donando comida al personal médico del hospital de Howard University y del Washington Hospital Center, bomberos, maestros e incluso manifestantes que protestaban por la muerte de George Floyd.

“Comenzamos a recibir cartas y donaciones de todo el país, tomamos esos fondos y retribuimos preparando almuerzos para estos trabajadores de primera línea”, añadió Ali.

Ben’s Chili Bowl recibió un préstamo de la segunda ronda del Programa de protección de cheques de pago, un incentivo federal para que las pequeñas empresas pudieran seguir pagando salarios durante la pandemia. Han tenido que cambiar su foco al comercio virtual para poder enviar su famoso salmón ahumado con salsa picante casera de chile por todo el país, y tienen planeado expandir la franquicia si la apertura económica del país lo permite.

“Todavía estamos luchando, pero es bueno saber que hay ayuda disponible porque todas las pequeñas empresas la necesitan para sobrevivir”.

El pasado lunes 31 de mayo fue el último día para que los propietarios étnicos de pequeñas empresas que viven en vecindarios de bajo ingresos aplicaran a la tercera ronda de préstamos del PPP.

Segun Everett Sands, director ejecutivo de Lendistry, una entidad liderada por minorías que durante la pandemia ha ayudado a miles de pequeñas empresas a obtener estos préstamos, COVID-19 sólo exacerbó una situación precaria que esos negocios ya padecían por la falta de infraestructura para aplicar a préstamos o contratos, limitado acceso a capital, y la carencia de reservas necesarias para autofinanciarse en el largo plazo.

“Hemos tratado de educar a los pequeños negocios sobre las diferentes oportunidades disponibles para recibir capital… No solo de los programas federales, sino estatales”, contó Sands, refiriéndose a iniciativas en Nueva York, Washington DC y California que ofrecen préstamos sin garantía para microempresas que no tienen colaterales financieros.

“Como resultado de la ley de rescate estadounidense, la mayoría de los estados recibieron más de $1000 millones para ayudar a estas pequeñas empresas a aumentar sus ingresos”.

Los programas de la administración de pequeñas empresas (SBA en inglés) incluyen préstamos, un fondo de alivio para restaurantes y también inversiones de capital de riesgo. Ahora las empresas pueden aplicar solo mostrando los ingresos brutos de un propietario único, y sin importar si han sido garantes por ejemplo de préstamos estudiantiles o tienen antecedentes penales de otro tipo.

“Para cantidades menores a $150,000, la mayor parte del proceso burocrático de un préstamo se ha eliminado”, explicó Sands aunque aclaró que el dinero disponible ahora está destinado a Instituciones financieras comunitarias (CFI en inglés) e Instituciones de depósito minoritarias o bancos pequeños que generalmente tienen menos de $1000 millones en activos.

De acuerdo a un estudio de la Universidad de California en Santa Cruz, 41% de los negocios afroamericanos y 32% de los negocios latinos cerraron en los primeros meses de pandemia. Adicionalmente casi el 40% de los negocios cuyos propietarios son inmigrantes no aplican a préstamos porque creen que pueden ser rechazados.

La experiencia de las primeras rondas de PPP fue en efecto que los préstamos pararon en manos de empresas multimillonarias que tenían relaciones con bancos y plantas de personal de hasta 500 empleados, en vez de aquellas chicas como una tintorería local o un salón de manicura.

“Fue particularmente difícil de acceder para las comunidades negras, asiáticas y latinas”, dijo el representante por California Ro Khanna, miembro del Caucus de pequeñas empresas del Congreso. “Por eso apoyo el proyecto de ley de la representante Ayanna Pressley y la vicepresidenta Kamala Harris que reservaría fondos para estos empresarios étnicos”.

La Ley Saving Our Street asignaría subvenciones de hasta $250,000 a empresas que tienen menos de 10 empleados.

Aunque el enfoque en el capitolio ahora es la infraestructura y la construcción de carreteras, puentes, aeropuertos, y banda ancha para el país, Khanna cree que es posible distribuir el dinero teniendo en cuenta la diversidad racial y de género de los propietarios.

“En este próximo trimestre vamos a tener una recuperación bastante buena, el gasto del consumidor va a aumentar en un 10% y creo que las pequeñas empresas van a volver con fuerza”, dijo el representante. “El problema es que quienes han cerrado no puedan volver a abrir y es ahí en donde tenemos que enfocarnos: en ayudar con la condonación de deudas y capital para aquellas empresas que no sobrevivieron”, concluyó.

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