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El Condado de Butte lucha contra las bajas tasas de vacunación

Con apenas la mitad de sus 227,000 personas vacunadas, el condado está a más de 20 puntos porcentuales por detrás de la tasa de vacunación general del estado.

Los incendios dejaron a la comunidad sin saber en quién confiar

Los funcionarios sanitarios que intentan impulsar las tasas de la vacuna contra la COVID-19 en el Condado de Butte del Norte de California se enfrentan a una población ya muy afectada que se muestra escéptica ante el gobierno.

Con apenas la mitad de sus 227,000 personas vacunadas, el condado está a más de 20 puntos porcentuales por detrás de la tasa de vacunación general del estado.

“Ya no se habla de la COVID”, dijo una residente adolescente en la sesión informativa de prensa el 7 de diciembre. “Hay un clima de negación”.

From left to right: Professor Lindsay Briggs, Department of Public Health & Health Services Administration, Chico State University; Angel Calderon, City Councilmember, City of Gridley; Victor Rodriguez, Public Health Equity Specialist, Butte County; Pastor Kevin Thompson, No. 1 Church of God in Christ, Southside Oroville Community Center; Maya Klein, student, Inspire School of Arts & Sciences

La adolescente, Maya Klein, de 16 años, hablaba en una sesión informativa de noticias por Zoom patrocinada por la Fundación de Salud Sierra, el Departamento de Salud Pública de California, y Ethnic Media Services.

Se unieron a ella funcionarios del Departamento de Salud Pública de Butte, un párroco local, una profesora de la CSU de Chico, y un regidor de Gridley para hablar de estrategias para la pandemia, al mismo tiempo que la región lucha para recuperarse de los incendios forestales que se están volviendo desastres anuales, y otros retos de la comunidad.

“Lo que se supone que nos debe mantener a salvo no lo han hecho”, explicó Lindsay Briggs, profesora en el Departamento de Salud Pública de la Universidad Cal State en Chico, citando la Presa de Oroville al borde del colapso en 2017, el incendio de Camp/Paradise el año siguiente, y el incendio de Dixie de este año.

Los desplazamientos causados por esos y otros incendios, las luchas para reconstruir, y el auge del sinhogarismo han contribuido al desengaño y a la pérdida de confianza y esperanza de que haya sistemas en vigor para ayudar a la gente común y corriente en momentos de necesidad.

En la Inspire High School, que se concentra en las ciencias y las artes, Klein dijo que la tasa de vacunación está al 82%. Pero en la comunidad en general, “es difícil mantener una conversación con alguien”.

La imagen históricamente rural de la región – ya no acertada, señaló Briggs – y la cultura individualista, “crea el peor escenario de gente que no sabe en quién confiar ni cómo protegerse”.

Aunque las hospitalizaciones recientes por la COVID han sido en su mayoría de gente no vacunada, “Tenemos un aumento sin precedentes de actitudes anti-ciencia”, dijo.

“Si sales a la calle en el Condado de Butte, casi nadie lleva cubrebocas”. Y el condado no tiene ningún mandato que lo imponga a la gente. 

La cultura de la población del Condado de Butte que es, en su mayoría, blanca, tiende hacia el individualismo, dijo Briggs. Pero entre los nativos – se cuenta a sí misma como una – hay una tendencia más comunal – y, en la Nación Navajo, una tasa de vacunación del 86%, lo suficiente para conseguir una inmunidad colectiva.

De la población de asiático-americanos del condado, el 54.7% está vacunado, después del pueblo de indígenas de Hawái y Otros de las Islas del Pacífico del condado, el 63.4%. Según las estadísticas presentadas por Víctor Rodríguez del departamento de salud del condado, el 47.1% de la población blanca está vacunada, el 44.5% de los hispanos/latinos, el 40.4% de los afroamericanos/negros, y el 27.5% de los que se identifican como multiraciales.

Pero el condado está avanzando en el aumento de esas tasas, dijo, a pesar de la escasez de personal.

Citó las colaboraciones con la Alianza Stonewall, los Servicios Católicos de North Valley, las organizaciones de bases populares que pueden proporcionar traducciones en español y hmong, agencias que tratan el desempleo o el sinhogarismo, como Project Roomkey, y programas de extensión comunitaria de los hospitales, también, que todos ayudan.

Su departamento proporciona información acerca de cómo vacunarse en sitios web en inglés, español y hmong en:  https://www.buttecounty.net/publichealth/COVID19.

Las necesidades de infraestructura del condado para servicio de banda ancha más fiable se suman al reto de llegar a la gente en las zonas rurales, dijo, pero que la información también se puede obtener por teléfono en el: (833) 422-4255.

Ángel Calderón, regidor de Gridley, abordó el reto particular de la mano de obra agrícola del condado.

“Tuvimos la tasa más alta de contagio del condado”, dijo. 

“Son trabajadores esenciales”, dijo. “Tenemos que desarrollar nuestra propia manera de tratar la pandemia”.

“Si no trabajan, no comen”, destacó Calderón. Por eso hacerse la prueba es claramente un factor desmotivador. Las bien-intencionadas normas de cuarentena también desalientan la realización de pruebas porque las situaciones de vivienda no pueden acomodar a los que se tienen que aislar por dar positivo.

Además, con el 70% de esta población indocumentada, dijo, hay una cautela inherente a la hora de relacionarse con funcionarios del gobierno.

Para responder a la creciente población sin hogar en el condado, el Pastor Kevin Thompson de la No. 1 Church of God in Christ de Orovile, ha organizado clínicas de vacunación y fundó Haven of Hope on Wheels, que proporciona regaderas e instalaciones de lavandería en cuatro caravanas personalizadas de 32 pies.

“Para un número de personas que han inmigrado debido a los incendios, el vacunarse no es lo más importante que tienen en mente”, reconoció.

Pero, dijo, “me rompe el corazón cuando recibo una llamada de alguien que ha perdido a un ser querido debido a la Covid, un virus prevenible, preguntándome si puedo pronunciar el discurso de despedida en su honor.”  

El mayor reto, como lo ve él, es “sencillamente la desinformación…Seguiremos muriendo si no tenemos a líderes que se levanten y nos digan la verdad”.

“De verdad creo que el temor a la conversación acerca de la Covid tiene la culpa de las tasas extremas que nuestro condado está experimentando”, dijo Klein. 

En lugar de un debate razonado, “estas divisiones toman la forma de protestas semanales en las juntas de prensa del condado acerca de la salud pública, protestas vocales en las reuniones de las juntas escolares locales, protestas en nuestro concejo municipal, y protestas de nuestros propios trabajadores médicos en nuestro hospital acerca del antienmascaramiento y las vacunaciones”.

“La Covid-19 es una realidad incomprensible… Comenzar una conversación con nuestros jóvenes es el primer paso para empezar a tratar cómo nos afecta esto como conjunto”. 

“Tenemos que promover cuerpos sanos, unidades familiares”, dijo Calderón. “Tenemos que acordarnos de que si amamos a alguien, tus hijos, nietos, puedes definitivamente sacrificar tus creencias para hacerlo”.

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